André Gomes, Paco Alcácer, Samuel Umtiti, Lucas Digne, Jasper Cillessen, Denis Suárez, Philippe Coutinho, Ousmane Dembélé, Paulinho, Nélson Semedo, Gerard Deulofeu, Yerry Mina, Marlon, Malcom, Clément Lenglet, Arthur Melo, Arturo Vidal, Jeison Murillo, Jean-Clair Todibo, Kévin-Prince Boateng, Antoine Griezmann, Frenkie de Jong, Neto, Junior Firpo, Emerson y Martin Braithwaite. Esta retahíla de nombres, 26 en total, podría ser la plantilla entera de un equipo de fútbol. Pero no. Son todos los fichajes que el Barça ha llevado a cabo después del 18 de julio de 2015, día en que Josep Maria Bartomeu asumió la presidencia del club.

6 de 26, las cifras no mienten

Fichar es necesario en cualquier club de élite, pero esta actividad queda totalmente desvirtuada si no se lleva a cabo con precisión y acierto. Bartomeu empezó su mandato al frente del Barça el verano previo al curso 2015-16, un periodo en el cual la entidad blaugrana no podía inscribir jugadores por culpa de la sanción que la FIFA interpuso al club por los traspasos de futbolistas menores de edad. Cuando el nuevo presidente llegó, Arda Turan, del Atlético de Madrid, y Aleix Vidal, del Sevilla, ya habían sido fichados. Estos, sin embargo, no pudieron ser inscritos hasta la siguiente ventana de mercado.

Aleix Vidal Andre Gomes Barça Alabes EFE

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La apuesta de Bartomeu para ocupar el cargo de secretario técnico fue Robert Fernández, un exfutbolista con pasado blaugrana que sustituía al sacrificado Andoni Zubizarreta. La influencia real del presidente y el nuevo secretario en materia de fichajes, pues, no empezaría hasta el verano 2016-17, uno de los más movidos de las últimas temporadas.

Con el fin de reforzar el equipo de Luis Enrique, Robert fichó a André Gomes (Valencia, 37 millones de euros), Paco Alcácer (Valencia, 30 millones), Samuel Umtiti (Lyon, 25 millones), Lucas Digne (PSG, 16,5 millones) y Jasper Cillessen (Ajax, 13 millones) y repescó a Denis Suárez (Villarreal, 3,2 millones). Cuatro años después, sólo Umtiti sigue en el club. Y lo hace, además, en un estado de forma más que discutible por culpa de una lesión crónica en la rodilla.

El dinero del PSG, a la basura

El siguiente verano fue el del mayor terremotoque se recuerda en el Camp Nou, la venda de Neymar al PSG. Los parisinos pagaron la cláusula de rescisión del delantero brasileño, cifrada en 222 millones de euros, y Bartomeu, que hasta aquel momento se había resistido a asumir que perdería su estrella, de golpe constató una realidad: tenía que invertir el dinero para salvar su cabeza. Y lo hizo, y tanto que lo hizo. Siguiendo la tónica de su mandato, sin embargo, erró el tiro.

Barça Paulinho presentacio EFE

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El plan de Robert para contentar al presidente consistió en fichar a Philippe Coutinho (Liverpool, 145 millones de euros), Ousmane Dembélé (Dortmund, 135 millones) y Paulinho (Guangzhou, 40 millones); tres futbolistas de perfiles muy diferentes pero que, a priori, tenían que aportar todas aquellas cosas que el Barça perdía con el adiós de Neymar. En Anfield y el Signal Iduna Park todavía ríen. Además, también se apostó por Nélson Semedo (Benfica, 37,5 millones) y se repatrió a Gerard Deulofeu (Milan, 12 millones). Más tarde, en invierno, se ejerció la opción de compra de Marlon (Fluminense, 5 millones) y se llevó a cabo una de las operaciones más esperpénticas de los últimos años, Yerry Mina (Palmeiras, 11,8 millones). En total, 376,3 millones de euros.

A día de hoy, sólo Dembélé y Semedo siguen en el club. Los dos, sin embargo, no se han consolidado y tendrán las puertas de salidas abiertas a la próxima ventana de mercado.

Pep Segura entra en acción

Los fichajes de Robert no acabaron de funcionar pero lo cierto es que el Barça de Ernesto Valverde ganó la Liga y la Copa sin oposición. El problema, claro está, fue la ridícula derrota en la Champions ante la Roma. La necesidad de mover ficha de Bartomeu la pagó Robert, que fue destituido de manera fulminante. El valenciano había cometido errores, pero probablemente fue el último de los culpables de la situación que se vivía en el primer equipo.

Para encontrarle sustituto Bartomeu no se complicó la vida. En lugar de apostar por un perfil desconocido, el máximo mandatario blaugrana simplemente dio más poder a Pep Segura, mánager general, un hombre que ya generaba controversia en La Masia por sus métodos obsoletos y su apuesta sistemática del físico por encima de la técnica. El pobre Riqui Puig casi no lo explica.

Boateng entrenamiento Barça EFE

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Segura materializó los fichajes de Arthur Melo (Gremio, 31 millones) y Clément Lenglet (Sevilla, 35,9 millones) -dos operaciones que Robert ya había encauzado- y, después de recibir calabazas del Chelsea por William, fichó a Malcom (Girondins, 40 millones) y Arturo Vidal (Bayern, 18 millones). El chileno, que en teoría llegaba para evitar situaciones como la del Olímpico de Roma con su físico, también naufragó contra el Liverpool.

La ventana de mercado donde Segura hizo más el ridículo, sin embargo, fue la invernal. El equipo había dejado escapar a Munir y los centrales no ofrecían garantías, de manera que Segura buscó soluciones y las encontró en el Valencia y en el Sassuolo, equipos que le cedieron Jeison Murillo y Kévin-Prince Boateng respectivamente. Para conseguir los servicios prestados de los jugadores, además, el Barça pagó unos 2 millones de euros. El rendimiento que ofrecieron sólo se puede calificar de dos maneras: anecdótico o ridículo.

De Jong, única ilusión

El verano del 2019 llegó con Pep Segura lejos del Camp Nou -despachado por incompetente- y con Éric Abidal en los despachos. Bartomeu, previamente, consiguió ligar in extremis el traspaso de Frenkie de Jong (Ajax, 75 millones), una de sus pocas operaciones de mérito. Antes de iniciar el tercer curso de Valverde en el banquillo culé, la secretaría técnica llevó a cabo una de las operaciones más controvertidas de los últimos años, Antoine Griezmann (Atlético, 120 millones), que la temporada anterior había rechazado al Barça a través de Movistar+. También llegó Neto (Valencia, 26 millones), para cuadrar el ejercicio económico, Junior Firpo (Betis, 12 millones) y Emerson (Atletico Mineiro, 12 millones); aunque este último fue cedido al Betis. De todos ellos, sólo Griezmann, con matices, y De Jong, de manera incontestable, son titulares.

bartomeu de jong barça FC Barcelona

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El último fichaje de la era Bartomeu, por ahora, ha sido Martin Braithwaite. Los 18 millones de euros que ha costado han servido para intentar corregir una planificación deportiva deficiente. El danés funcionará o no -por ahora ha mostrado buenas condiciones- pero lo qué no podrá evitar es enmascarar una dinámica de fichajes que hace años que no funciona. El denominador común de todos ellos está en el despacho presidencial.