Ferran Torres afronta una temporada decisiva en el FC Barcelona. El delantero valenciano, que ya el pasado curso se consolidó como el “jugador número 12” de la plantilla aportando goles importantes desde el banquillo, tiene claro que no quiere repetir el mismo rol. Considera que ha llegado el momento de dar un paso adelante definitivo y convertirse en un futbolista indiscutible para Hansi Flick.
De revulsivo a titular
La ausencia de Robert Lewandowski al inicio de esta campaña, debido a sus molestias físicas, le abrió la puerta de la titularidad. Ferran no desaprovechó la oportunidad: en apenas tres partidos ha sumado dos goles y ha dejado claro que tiene instinto y ambición para ocupar un lugar fijo en el once. Su rendimiento le ha servido para llamar la atención de Flick, que valora su polivalencia en ataque y su capacidad de sacrificio.
Sin embargo, el regreso del polaco plantea un escenario diferente. Flick deberá decidir si mantiene la confianza en Ferran o si lo devuelve a un rol secundario. El técnico alemán es consciente de que el ex del Valencia y Manchester City atraviesa un buen momento y podría ser clave para dar descanso a Lewandowski, pero el propio jugador no se conforma solo con ser alternativa.
Un futuro en el aire
Ferran Torres tiene contrato en vigor con el Barça, pero su futuro a medio plazo está lejos de ser seguro. Si bien su deseo es triunfar en el club, tampoco descarta valorar otras opciones si vuelve a vivir otra temporada viendo demasiado banquillo. El delantero quiere sentirse protagonista y ser parte fundamental del proyecto, no únicamente un recurso de lujo para momentos puntuales.
Dentro del Barça, además, la planificación a medio plazo pasa inevitablemente por la búsqueda de un relevo para Lewandowski. En este contexto, Ferran quiere levantar la mano y demostrar que no hace falta acudir al mercado para encontrar al nuevo ‘9’. Considera que tiene la calidad y la experiencia para asumir esa responsabilidad y quiere probarlo con hechos sobre el césped.
La temporada de la verdad
El curso recién iniciado será un termómetro definitivo para el futuro del atacante. Sus cifras de cara a portería, su regularidad y la confianza que le otorgue Flick marcarán la hoja de ruta. Si consigue asentarse en la titularidad o, al menos, mantener una presencia continuada en los onces importantes, podría afianzar su posición en el proyecto.
Pero si vuelve a quedarse en un papel de suplente de lujo, Ferran y su entorno podrían replantearse los pasos a seguir en el verano de 2026. El valenciano no quiere ser recordado únicamente como un recurso útil: aspira a mucho más y está dispuesto a luchar por ello.