El alpinismo es un deporte y una manera de vivir que ha marcado a Ferran Latorre. El próximo mes de mayo podría hacer historia en el Everest cumpliendo el reto de subir los 14 ocho mil y conquistar la cima de las montañas más altas del mundo. Su extensa experiencia practicando lo que más le gusta le han hecho vivir momentos únicos, ver paisajes espectaculares y enriquecerse de mucho mundo. Apasionado de la música, de la buena literatura y de la buena comida, Latorre se emociona con los clásicos, le encantan los deportes frívolos, pero nunca dejará de recordar sus orígenes.

El cuestionario

Una montaña
La Punta Alta.

Un recuerdo
El nacimiento de mi hija.

Un paisaje
Me encanta un paisaje próximo a casa que es el Vidranès y el Puigsacalm.

Una emoción
Llegar en una cima o también escuchar el Réquiem de Mozart.

Un país
Eso es fácil... Catalunya, pero también Nepal.

Una cultura
La catalana y todo lo que es esta cultura, tan difícil y tensionada durante nuestra historia.

Una comida
La paella... de marisco.

Un compañero
De alpinismo, ahora mismo, Yannick Graziani pero he tenido a muchos y de muy buenos: José Carlos Tamayo, Albert Castellet, Ernest Bladé, Adrià Zamel, Araceli Segarra, Pere Vilarasau... Yo creo que el alpinismo crea unas complicidades y unos lazos entre las personas que son difíciles de encontrar en otros ámbitos.

Un deporte
Como deporte así frívolo me encanta el fútbol y me gusta mucho también jugar al tenis.

Un libro
De los últimos libros que he leído, el Jo confesso me impresionó mucho y me afectó mucho. Pero también me gustó mucho Victus porque me pareció una muy buena literatura. Y como libro literario que está muy bien escrito, Camí de sirga de Jesús Moncada me parece extraordinario y no creo que se pueda escribir mejor.

Una canción
Esta es jodida porque soy muy melómano... Una muy poco conocida, muy dulce que es Tai Shan de Rush. Habla de una persona que sube la montaña del Tai Shan en China, haciendo frontera con el Tíbet y Nepal.

Un sueño
Que no sea de montaña, ya que en el sueño de hacer los 14 ocho mil ya estoy puesto. Si con una varita mágica pudiera pedir un sueño, sería entender la relatividad general de Einstein.