El reloj de la NBA corre, y para algunos, como la experimentada plantilla de los Golden State Warriors, cada tic-tac es una advertencia. La temporada 2025-2026 se perfila como una de las más exigentes en la historia reciente de la Conferencia Oeste, un verdadero campo de minas donde la diferencia entre la cima y el Play-In se mide en un puñado de partidos. Stephen Curry, a sus 37 años, lo sabe bien. Su estrategia no se enfoca solo en la gloria de junio, sino en una ejecución quirúrgica desde el pistoletazo de salida para asegurar la tranquilidad en la recta final. El objetivo es claro y contundente: acumular 45 victorias lo antes posible para sellar un puesto de Playoffs directo.

El inicio fulgurante no es una opción, es una necesidad. El roster de Golden State, que incluye a Curry, Draymond Green (35), y veteranos como Jimmy Butler (36) y Al Horford (39), es uno de los más seniors de la liga. Gestionar los minutos y evitar el desgaste es crucial, y la única forma de conseguirlo es reducir la presión de tener que ganar partidos vitales en marzo y abril, cuando el cansancio físico y mental del Oeste más competitivo se siente con más crudeza.

Stephen Curry

El retorno de la época dorada: consistencia como pilar del éxito

El plan de Curry tomó forma inmediatamente tras el debut de la temporada, un duelo de alto voltaje ganado contra Los Angeles Lakers de Luka Doncic, una victoria ante los Denver Nuggets de Nikola Jokić y la reciente derrota contra los Portland Trail Blazers, que sitúa a los Warriors con un récord de 2-1, subraya el éxito de esta estrategia. Los Warriors, que ya han dejado atrás el recuerdo agridulce de un 2024-2025 inconsistente, han pisado el acelerador desde entonces. El equipo ha respondido con la intención ganadora que el base de 37 años pedía, evitando el pánico y manteniendo una filosofía de juego clara en ambos lados de la cancha.

El pasado reciente sirve de lección. El curso anterior, un prometedor inicio de 12-3 se desvaneció con una racha de cinco derrotas consecutivas. Este año, Curry ha enfatizado que la clave no es solo ganar, sino cómo se juega, poniendo el foco en la comunicación defensiva y la capacidad para cerrar partidos que históricamente se escapaban. Este inicio de temporada imparable no solo proporciona una ventaja en la clasificación, sino que también permite al cuerpo técnico gestionar las cargas físicas de sus jugadores All-Star.

El "Big Four" veterano establece el ritmo de la nueva generación

El tramo inicial de la campaña es el momento ideal para que jugadores como Jonathan Kuminga y Moses Moody, miembros de la nueva generación del equipo, asuman roles de mayor impacto. Su energía es el contrapeso perfecto a la sabiduría y la dirección de Curry y Green. Un colchón de victorias permite al entrenador jefe dar minutos de calidad a estos jóvenes, ampliando la rotación sin poner en riesgo la clasificación.

La ejecución ofensiva demoledora de Golden State, liderada por el tiro de tres de Curry que sigue siendo la amenaza principal de la liga, sumado al aporte defensivo de Green y los refuerzos, está demostrando ser una fórmula ganadora. La intención es evitar el drama, el esfuerzo físico extra y la incertidumbre que conlleva pelear por el Play-In hasta el último día. La ruta más corta y más segura hacia el anillo pasa por dominar el comienzo de la temporada, y de momento, los Warriors van por el camino correcto.