Trece de mayo del año 2006. El Espanyol, después de haber ganado la Copa del Rey en el Santiago Bernabéu contra el Zaragoza, se ha complicado la vida en la Liga de manera alarmante. Tanto, que llega a la última jornada del campeonato con posibilidades reales de bajar a Segunda División.

Para evitarlo, el conjunto perico tiene que mejorar contra la Real Sociedad el resultado que el Alavés, que juega a la misma hora, consiga en Mendizorroza delante del Deportivo. La premisa es sencilla: si el Espanyol gana, se queda en Primera.

El destino, sin embargo, parece que juega en contra del equipo blanquiazul. Sobre el césped de un Montjuïc lleno hasta la bandera, los de Miguel Ángel Lotina envían la pelota al palo en tres ocasiones. Primero el desaparecido Dani Jarque, en un servicio de córner, después Ferran Corominas –quién se acabaría convirtiendo en héroe– y finalmente Luis Garcia.

Paralelamente, en Vitoria, Rodolfo Bodipo marca para el Alavés y envía al Espanyol a Segunda. Los pericos, pues, tienen menos de un cuarto de hora para perforar la portería de la Real si no quieren bajar a la categoría de plata. Los minutos pasan y el milagro no llega, pero entonces, en el tiempo añadido, un pequeño delantero de Banyoles criado en el plantel perico rescata al club con un gol providencial. Es Corominas quien, aprovechando una pelota peinada por Walter Pandiani, se planta ante el portero visitante y le bate por debajo de las piernas para hacer enloquecer al público del Estadio Olímpico Lluís Companys.

En la gradería y sobre el césped las lágrimas son la tónica principal. Las del capitán, Raúl Tamudo, y las del entrenador, Lotina, son retratadas al instante y muy pronto pasan a la historia del fútbol español.

Catorce años después, Corominas, quien todavía compite en el FC Goa de la liga india, puede decir con orgullo que aquel gol es uno de los más importantes de la historia de la entidad, y es que el Espanyol se salvó in extremis y ahora encadena 5.110 días en Primera. Si el coronavirus no lo evita, este curso los de Abelardo tendrán que sudar de lo lindo para conservar su lugar en la categoría reina.