El Espanyol no puede seguir por este camino. En la primera de las doce finales, los de Abelardo no han demostrado nada y el Osasuna ha pasado por encima de los blanquiazules (1-0). Un solitario gol al estilo Panenka de Torres ha sentenciado a los catalanes, que siguen siendo los colistas de la Liga y a seis puntos de la salvación.
Primera final perdida
En una jornada en la que un rival directo como el Mallorca había sumado los tres puntos, el Espanyol estaba obligado a conseguir el triunfo para no quedarse atrás. Los blanquiazules tenían que aprovechar la baja más que sensible del Chimy Ávila y es que los navarros han perdido mucho gol sin el argentino.
El Espanyol se ha dejado dominar durante prácticamente todo el partido y su estrategia era ir al contraataque y sacar el máximo rendimiento a las jugadas a pelota parada. El Osasuna ha sido superior sobre el terreno de juego, pero lo cierto es que las propuestas futbolísticas de los dos en el primer tiempo ha sido muy triste.
Los aficionados presentes en El Sadar habrían preferido estar haciendo el vermú y tomando el sol que viendo el Osasuna-Espanyol. Pero en la segunda parte, los locales han querido dar una alegría a los suyos y han decidido ir a por el gol.
Lo que no sabía el Osasuna es que Víctor Sánchez les regalaría el primer tanto. Incomprensibles manos del exblaugrana dentro del área que ha provocado el penalti en contra de los pericos. Torres no ha fallado desde los once metros y, a partir de aquí, ha sido una avalancha de ocasiones de los de casa.
Diego López, expulsado
Diego López ha evitado una goleada del Osasuna que se hubiera podido poner sin problemas con un 3-0 a favor. Por si el Espanyol no tenía bastante con el paupérrimo partido que estaban haciendo, Diego López ha acabado expulsado por coger la pelota con las manos fuera del área y Cabrera ha acabado bajo palos.
El problema es que los jugadores del Espanyol no han demostrado ni la más mínima opción de poder darle la vuelta al marcador y así es muy difícil quedarse en Primera División.