El Athletic Club ha iniciado su regreso a la Champions League con máxima ambición, y Ernesto Valverde ha tomado el mando para acelerar dos incorporaciones estratégicas que podrían marcar un salto de calidad en el equipo: Aymeric Laporte y Jesús Areso. Ambos refuerzos responden a un plan claro del técnico para consolidar una plantilla competitiva de cara al exigente calendario europeo que se avecina.
El caso más prioritario es el de Laporte. El central internacional español es una petición expresa de Valverde y el club ya ha iniciado contactos con su entorno. Laporte, de 31 años, tiene contrato con el Al-Nassr saudí hasta 2026, pero el contexto en su actual equipo abre una ventana de oportunidad: el club vive una profunda transformación con cambios en la dirección deportiva, el banquillo y una reestructuración de plantilla influenciada por Cristiano Ronaldo. Todo esto ha generado incertidumbre sobre el futuro de varios jugadores, entre ellos Laporte.

El defensor, que dejó huella en Bilbao antes de marcharse al Manchester City, anhela regresar a Europa para mantenerse en el radar de la selección española de cara al Mundial de 2026. El Athletic juega con la ventaja emocional: la conexión de Laporte con Bilbao, donde nacieron sus hijos y donde su familia tiene profundas raíces. Sin embargo, su elevado salario –unos 25 millones de euros anuales– es el principal escollo. La Juventus, por ejemplo, ya ha puesto sobre la mesa un contrato de tres años a razón de cinco millones netos por temporada, con una compensación de diez millones al club árabe. Otros clubes como Arsenal, Inter o Galatasaray también están atentos.
Pese a la competencia, en el Athletic confían en el poder del arraigo y están dispuestos a realizar un esfuerzo económico importante, siempre sin desbordar su política salarial. Laporte sería una pieza clave para reforzar el eje defensivo en un curso en el que el equipo disputará Champions, Copa y Liga.

El otro nombre que ha ganado fuerza en las oficinas de Ibaigane es el de Jesús Areso. El lateral navarro, que ya pasó por Lezama, gusta mucho por su proyección ofensiva y su entendimiento del sistema rojiblanco. Areso está cerca de cerrar su etapa en Osasuna y su regreso al Athletic se presenta como una operación factible y útil para dar profundidad a la banda derecha, especialmente pensando en el desgaste que implicará la participación europea.
Mientras el club resuelve la situación de Nico Williams, cuya posible salida está marcando la agenda, Valverde no quiere perder tiempo y aprieta para cerrar cuanto antes estas dos incorporaciones. El objetivo es claro: construir un equipo competitivo con ADN Athletic y preparado para volver a brillar entre los grandes de Europa.