Dos goles en el tiempo de descuento de la segunda mitad han tirado por la borda noventa minutos de mucho trabajo y esfuerzo del Espanyol. Derrota dolorosa y victoria para un Celta que se ha visto demasiado recompensado por el partido que ha hecho.

El conjunto gallego se encontraba en horas bajas y con un mal inicio de temporada. En noventa minutos en Cornellà no ha hecho nada. Pero al final del partido han aprovechado y han matado al Espanyol. El Celta sólo ha chutado dos veces en la portería de Diego López. Dos goles y tres puntos. El Celta es un gran equipo, de aquellos que crean peligro de la nada, y el RCDE Stadium lo ha podido presenciar.

El juego mostrado por parte del Espanyol no ha sido tan redondo como el de los últimos partidos, pero en algunas fases del partido ha vuelto a animar a la afición. Verticalidad y dominio de la pelota. El gol se ha echado de menos.

Paso en falso

Con las premisas claras y jugando en casa, los de Quique Sánchez Flores han salido sin miedo. Empezando desde atrás, tocando la pelota y buscando los espacios.

Ha costado llegar a los jugadores de ataque. Saliendo desde la portería, tocando rápido de la defensa al medio del campo, el Espanyol se ha encontrado con un muro del Celta muy complicado de sobrepasar. Por debajo no había espacios y por arriba la pelota era una pérdida segura.

La táctica del Espanyol ha tenido que variar y las pelotas largas han aparecido. Con una formación de 4-3-3, las bandas no han sido aprovechadas. El medio del campo se comía cualquier combinación.

El caso Baptistao y la desaparición de Roca

Los blanquiazules han llegado. En dos ocasiones en la primera mitad y un buen número en la segunda. El principal rematador y el encargado de ser el 9 referencia ha sido Leo Baptistao. El delantero brasileño ha creado peligro pero le ha faltado efectividad. Muy bien poniendo el cuerpo, con fuerza y decisión, pero sin finalizar las jugadas. El portero rival ha parado todo lo parable y ha dejado una participación nuevamente discutible de Baptistao.

Marc Roca, la joven sensación de este inicio de temporada, ha sido mal aprovechado de interior. En la primera mitad ha desaparecido y ha sido claramente superado por los rivales. En la nueva demarcación no ha sido creador; sino que ha sido destructor.

La mala suerte

Cuando todo parecía que iba por buen camino y que la persistencia acabaría dando sus frutos, ha llegado la mala suerte. Lesión al inicio de la segunda parte y dos cambios gastados por Quique. Hernán Pérez ha salido como revulsivo en la media por un Marc Roca poco aprovechado, y Baptistao se ha tenido que marchar lesionado.

Caicedo, el delantero suplente, se ha convertido en la nueva referencia. Ha aportado voluntad, piernas y fuerza, pero no ha sido suficiente. La defensa del Celta lo ha presionando para que no pudiera hacer jugadas cerca del área.

Electricidad y contagio de Jurado

Los cambios no han provocado el efecto esperado. Dos cambios posición por posición y manteniendo la misma formación. El equipo ha seguido teniendo el control de la pelota, pero las ocasiones claras no llegaban. Este ha sido el momento del debut de Jurado. El nuevo fichaje del Espanyol, que todavía no había debutado esta temporada, ha sido el aire fresco necesario. En veinte minutos ha hecho más él sólo que lo que se había visto en el partido hasta entonces.

Jurado ha aportado velocidad, una nueva visión y un juego más alegre. Con él, el equipo se ha contagiado y ha dispuesto de muchas ocasiones de gol. Un Espanyol volcado al ataque y una verticalidad poco vista este inicio de temporada.

Desconexión y decepción

Ya en el minuto noventa de partido y con el empate que les iba bien a los jugadores del Espanyol, el equipo se ha desconectado. La falta de concentración no ha sido inesperada, porque en otros partidos ya se ha podido apreciar. Mala fórmula y cosas que mejorar.

El Celta, que todavía no había disparado entre los tres palos, lo ha aprovechado para resolver el partido en dos contras. Primero Rossi culminando con una gran vaselina y después Pione. Derrota que hace mucho daño al Espanyol y de rebote lo deja en decimoctava posición, en descenso, con sólo cinco puntos.