Barça y PSG fueron los grandes protagonistas durante la noche de este lunes en el Théâtre du Châtelet de París. La prestigiosa ceremonia de entrega del Balón de Oro acogió a leyendas del mundo del fútbol y actuales iconos, aunque, por parte del gigante francés, muchos de los nominados tuvieron que ausentarse porque el partido contra el Olympique de Marsella coincidía en horario con la velada.

Luis Enrique, nombrado mejor entrenador de la temporada, o Gianluigi Donnarumma, condecorado con el trofeo Lev Yashin como el mejor portero, no acudieron. Por otra parte, los lesionados Joao Neves y Désiré Doué, finalistas para el Trofeo Kopa, representaron al combinado parisino en la gala. El resto de la plantilla se encontraba en el Vélodrome de Marsella, donde se celebraba Le Classique. Y aunque uno de los partidos con más historia del país galo tenía lugar a la misma hora que la ceremonia, nada impidió que un gran número de aficionados del PSG rodearan el Théâtre du Châtelet.

La afición del PSG vuelve a destacar por salvaje

Con bengalas, banderas francesas y banderas del PSG, los seguidores del gigante parisino hicieron saber a los asistentes quién era su favorito. Animar a Ousmane Dembélé, que finalmente fue condecorado con el anhelado galardón, era su gran objetivo, pero, desgraciadamente, entre celebración y celebración por la victoria del de Vernon, los fanáticos parisinos cargaron contra la numerosa delegación del Barça.

Con Joan Laporta al frente, los miembros de su junta como el vicepresidente, Rafa Yuste, la vicepresidenta Elena Fort, y los asesores presidenciales, Enric Masip y Alejandro Echeverría, lideraron a la comitiva. Hansi Flick y sus pupilos, Lamine Yamal, Pau Cubarsí y Raphinha y las futbolistas del femenino, Aitana Bonmatí, Alexia Putellas, Patri Guijarro, Cata Coll, Vicky López tampoco faltaron a la cita. No obstante, en su salida del emblemático teatro parisino, la misma afición que coreaba el nombre de Ousmane Dembélé despidió a los representantes culés a gritos de "puta Barça".

El Barça-PSG, a la vuelta de la esquina

Fue tal la agitación que desató la salida de la delegación blaugrana de la ceremonia que la policía parisina se vio obligada a desplegar un cordón de seguridad para evitar males mayores en torno al Théâtre du Châtelet. La afición del PSG, una vez más, destacó por salvaje.

Hay que recordar que, cuando los suyos ganaron la Champions League, varios disturbios destrozaron parte del centro de París. Y en cuestión de una semana, el próximo miércoles día 1, esta misma afición visitará Barcelona en el marco de la segunda jornada de la Champions League. La subida a Montjuïc, pues, requerirá de nuevo especial atención policial, como ya pasó en el Barça-PSG del mes de abril de 2024.