Lo que debía ser una de las grandes incorporaciones del verano se está convirtiendo en una fuente de preocupación para el FC Barcelona. La llegada de Dani Olmo, una de las apuestas personales de Hansi Flick, generó gran ilusión en la directiva y en el entorno culé. Su debut, aunque tardío por cuestiones administrativas, fue una exhibición: lideró la remontada frente al Rayo Vallecano con una actuación que prometía convertirlo en pieza clave del nuevo proyecto. Y a aquel día le sifguieron actuaciones muy buenas.

Sin embargo, esa versión deslumbrante del jugador de Terrassa ha quedado en el pasado. Su temporada ha estado marcada por lesiones musculares constantes, ausencias prolongadas y una incapacidad para mantener la regularidad. Olmo ha pasado más tiempo en la enfermería que en el césped, lo que ha impedido que alcance un ritmo competitivo estable. A pesar de algunos destellos de calidad, su impacto se ha ido diluyendo.

Dani Olmo Barça / Foto: EFE
Dani Olmo Barça / Foto: EFE

Un primer año marcado por las lesiones

Las estadísticas no engañan: apenas ha podido disputar 35 partidos oficiales, una cifra pobre si se tiene en cuenta el volumen de encuentros del Barça este curso. Ha logrado 11 goles y ha repartido 6 asistencias, pero sus participaciones han sido intermitentes. En toda la temporada, solo ha logrado encadenar cinco partidos consecutivos en dos ocasiones. La falta de continuidad le está pasando factura, y en los partidos más exigentes, su aportación ha sido insuficiente.

El punto más preocupante llegó en la final de la Copa del Rey ante el Real Madrid, donde su actuación fue gris. En un contexto que requería personalidad, creatividad y liderazgo, Olmo pasó desapercibido, sin marcar diferencias. Un escenario similar se repitió en la eliminatoria contra el Inter, donde sus minutos fueron intrascendentes, lejos del desequilibrio que se esperaba de él.

Barça - Las Palmas a la Lliga Dani Olmo / Foto: Europa Press
Barça - Las Palmas Dani Olmo / Foto: Europa Press

No gustan algunas actitudes de  Dani Olmo

A esto se suma un detalle que no ha pasado inadvertido en el club: su actitud cuando es sustituido. Las caras largas tras ser reemplazado, tanto en San Siro como en la final copera, han molestado en el cuerpo técnico. Se espera más compromiso emocional por parte de un jugador que debía ser uno de los líderes del proyecto.

Aunque Flick sigue creyendo en su potencial, dentro del Barça comienza a consolidarse una sensación de decepción. Según fuentes cercanas a la dirección deportiva, el club estaría dispuesto a escuchar ofertas que superen los 70 millones de euros. No se trata de una operación prioritaria, pero sí de una posibilidad real si persiste su falta de continuidad. Olmo, sin embargo, mantiene su intención de seguir en el club. De momento tiene contrato vigente hasta 2030 y no contempla una salida inmediata.