Cristiano Ronaldo ha utilizado durante años una empresa con sede en Irlanda para explotar sus millonarios derechos de imagen. Según recoge El Confidencial, el futbolista del Real Madrid utilizó la sociedad Multisports & Image Management (MIMO) Limited para pactar las condiciones y firmar los contratos con todas las grandes marcas que lo han elegido para promocionar sus productos.

Unos documentos revelados por Football Leaks indican que Cristiano habría llegado a acuerdos con compañías como Nike, Unilever, Kentucky Fried Chicken (KFC), Konami, Toyota Thailandia, Etihad Etisalat o Banco Espírito Santo. El digital apunta que el futbolista se ha aprovechado de una empresa con sede en Dublín y con el abogado Andy Quinn al frente para evitar pagar el 25% de Impuesto de Sociedades español y hacerlo al 12,5% en Irlanda, el más bajo de la zona euro.

El diario asegura que si Ronaldo ha declarado en España ser el propietario de las acciones de la firma irlandesa, lo más habitual es que Hacienda lo persiga únicamente por la vía administrativa, y de prosperar la reclamación, el expediente se cerraría con la devolución de las cuotas y una sanción económica. Pero si el jugador no ha declarado relación alguna con la compañía MIM, el procedimiento contra el futbolista podría ir por la vía penal, si la cuota defraudada superara un mínimo de 120.000 euros al año.

La Agencia Tributaria ha ido tras diferentes futbolistas del Barça por facturar sus derechos de imagen en el extranjero y evitar las imposiciones fiscales españolas. El caso más significativo es el de Leo Messi, condenado junto con su padre a 21 meses de prisión por no haber tributado en España los derechos de imagen del jugador entre 2007 y 2009. Javier Mascherano también estuvo en el ojo de Hacienda. El defensa fue condenado por la Audiencia de Barcelona a un año de prisión y 815.000 euros de multa para ocultar sus derechos de imagen entre 2011 y 2012.

La última noticia sobre la persecución a un blaugrana hace referencia a Samuel Eto'o. La Agencia Tributaria pide que el jugador camerunés sea condenado a 10 años de prisión y una sanción de 68,86 millones (suma de la cuota defraudada y la multa) por simular la cesión de sus derechos de imagen a dos empresas distintas.