Claudio Bravo deja el Barça después de dos temporadas. El portero chileno cambia Barcelona por Manchester, a cambio de 18 millones de euros y dos variables, para jugar a las órdenes de Pep Guardiola. Después de dos temporadas de blaugrana, Bravo se va como llegó: sin hacer ruido pero dejando un gran recuerdo en el Camp Nou.

De carácter reservado y nada dado a airear su vida privada, el jugador ha hecho gala de una profesionalidad extrema hasta la última hora del último día. El chileno fichó por el Barça el verano del 2014. Y su llegada generó todo tipo de dudas en el aficionado culé. Un portero de la Real Sociedad para sustituir a Víctor Valdés, el portero más importante de la historia del club. Bravo llevaba 8 años jugando en Anoeta antes de que el Barça decidiera pagar 12 millones de euros para firmarle un contrato de cuatro temporadas. Ahora, dos años más tarde, las incertidumbres se han convertido en elogios.

El chileno fue una apuesta de Luis Enrique y su cuerpo técnico. El nombre de la secretaría técnica, con Andoni Zubizarreta al frente, era el joven alemán Marc-André Ter Stegen pero el entrenador asturiano, que se estrenaba en el banquillo del Barça, quería a un portero que conociese la Liga Española. Y Bravo encajaba perfectamente en el perfil.

Adaptación vertiginosa

"Es una gran oportunidad de superación y me llena de vida". Estas fueron las primeras palabras de Claudio Bravo como jugador blaugrana el día de su presentación. A pesar de cometer un error grave en uno de sus primeros partidos en pretemporada contra el Nápoles, se sobrepuso para convencer a Luis Enrique y convertirse en el portero titular a la Liga.

Bravo entendió desde el primer día a qué jugaba el Barça. Un estilo único que requiere de la participación activa del portero. Tanto en defensa como en ataque. El chileno se convertía en un defensa más cuando la presión del rival imposibilitaba sacar la pelota jugada desde atrás. Además, Bravo se mostró muy seguro en el primer tramo de temporada, encadenando ocho partidos sin encajar un gol.

En el Barça, el portero tiene un papel secundario e interviene muy poco durante el partido pero cuando lo hace tiene que ser decisivo y diferencial. Es la exigencia de uno de los clubs más especiales del mundo. Y si no respondes como es debido, se te señala sin compasión. Bravo gestionó perfectamente esta presión y nunca exteriorizó inquietud ni nerviosismo.

Cambió San Sebastián por Barcelona pero él seguía jugando igual. Ahora lo hacía para ganar la Liga pero no lo afectaba. El portero chileno es un firme defensor del trabajo y la constancia, tal como demuestra en su Twitter. Unos valores que lo han llevado a superar el reto.

Consolidación y premio

En su primera temporada (2014/15) sólo se perdió un partido de Liga y ganó un Triplete, el segundo en la historia del club. Bravo era el candado del mejor equipo de Europa y se convirtió, por méritos propios, en el portero menos goleado de la Primera División Española, encajando 19 goles en 37 partidos. Estos guarismos le valieron para ganar el Premio Zamora.

Su segundo año en Can Barça fue una copia del primero. Aquel jugador seguro y fiable seguía poniéndose los guantes para defender la portería blaugrana cada domingo. Disciplinado como pocos, Bravo sólo se perdió tres partidos y se consolidó como portero de plenas garantías. Había convencido a escépticos y el socio ya lo consideraba uno de los suyos.

Temporada Partidos Minutos Títulos
2014/15 37 3330 3
2015/16 35 3158 4
2016/17 3 270 1


Dos ligas en dos años. Mejor imposible por quien respondió a la plena confianza del entrenador. Sin ínfulas de estrella ni pretensiones, Bravo se ganó el respeto del vestuario a base de paradas.

Adiós por la puerta grande

Capitán de la vigente campeona de la Copa América y portero del Barça. Carta de presentación difícilmente mejorable de un futbolista a los 33 años. Nadie duda de que la inversión del Manchester City es por un valor seguro y que su rendimiento en el Etihad Stadium compensará, con creces, la inversión.

En su último partido con la camiseta azulgrana, parte del Camp Nou le pidió que se quedara. Pero la decisión ya estaba tomada. La apuesta de futuro es Ter Stegen y es comprensible. Pero también lo es la posición de Bravo. Jugaría todos los partidos en la mayoría de clubs del mundo y está en su derecho de reivindicarlo. El Barça no le puede dar lo que sí hará el City, una portería a tiempo completo.

A la afición blaugrana le duele el adiós del chileno porque el equipo queda debilitado. La situación entre él y Ter Stegen era insostenible porque los dos están plenamente capacitados para jugar las tres competiciones. La rotación en la portería ha acabado con Bravo en Manchester pero no se le reprocha nada. Han sido sólo dos temporadas pero el recuerdo que deja es difícilmente mejorable.

El sexto más caro

El traspaso de Bravo se ha cerrado en 20 millones de euros. Una cifra que lo hace entrar en la lista de porteros más caros de la historia del fútbol. Gianluigi Buffon lidera el ranking, después de que la Juventus le pagara al Parma cerca de 53 millones de euros por el actual capitán de la selección italiana. Otros porteros como Manuel Neuer, Francesco Toldo o David de Gea también aparecen en esta lista.