El tema del arbitraje está más candente que nunca. Los árbitros, cada vez más, están bajo la lupa, y más después de que haya estallado el caso Negreira. Son muchas las personas que piden transparencia respecto a esta cuestión, para que de una vez por todas se demuestre que el arbitraje no es corrupto.
Pues bien, en plena crisis arbitral, Mark Clattenburg, quien arbitró la final de Champions de Milán entre Real Madrid y Atlético de Madrid en la temporada 2015-16, ha hecho unas declaraciones que ponen a todo el mundo sobre alerta. En una entrevista al programa The Brazilian Shirt Name, el colegiado del encuentro ha admitido que hubo algunas irregularidades durante los 90 minutos.
Un gol en fuera de juego
Clattenburg admitió que el primer gol del Real Madrid, que anotó Sergio Ramos, fue en fuera de juego. En el momento en que Gareth Bale toca el balón para asistir al central del Real Madrid, Ramos se encontraba en posición antirreglamentaria. El trencilla sabía que el gol era ilegal, sin embargo, no lo anuló.
Según Clattenburg habló con su asistente para corroborar que el gol no debía subir al marcador, pero el linier no contestó "cuando el balón llegó al área, supe que hubo un toque de Bale. La había tocado en el medio y había ayudado a marcar a Sergio Ramos. Le dije al asistente, aunque era difícil por el ruido, le gritaba por los auriculares si sabía que había un toque en el medio después del saque de banda", declaró Clattenburg.
No hubo respuesta por parte de su asistente, por lo que el colegiado decidió reanudar el encuentro concediendo el gol "un minuto más tarde tuve que reiniciar el juego porque no contábamos con la tecnología. Le pregunté por los auriculares: '¿Simón viste ese fuera de juego?'. Me dijo que los auriculares no habían funcionado y yo le dije: '¿Funcionaban ahora y no antes cuando hicimos la decisión?", aseguró Clattenbutg dejando caer cierta incredulidad.
Y llegó la clásica compensación
Muchas veces se dice que cuando un árbitro se equivoca, luego suele compensar para equilibrar la balanza, y Clattenburg admitió que eso ocurre. Al menos así lo hizo durante la final de la Champions League. Consciente de que dio por válido un gol que debería haber sido anulado, el colegiado decidió pitar un penalti dudoso a favor del Atlético de Madrid.
"Lo pité porque eso devolvía el equilibrio. Ya que el Madrid tuvo esa oportunidad con el gol en fuera de juego que el Atlético había recibido", reconoció Clattenburg. Pepe fue el hombre que hizo el penalti y protestó a Clattenbgurg que no había sido falta, el árbitro le respondió que "tampoco había sido legal el gol de ellos en fuera de juego".
Flaco favor ha hecho Clattenburg al arbitraje profesional con sus declaraciones, volviendo a avivar de nuevo la polémica sobre la imparcialidad de los árbitros. Está claro que es un eterno debate que nunca va a terminar y ahora el árbitro de la final de la Champions ha echado más leña al fuego.