El Atlético de Madrid atraviesa una tormenta interna tras la humillante goleada 4-0 ante el Arsenal en la tercera jornada de la UEFA Champions League 2025-26. Este revés ha generado no solo un descenso en el rendimiento mostrado en el campo, sino también tensiones fuera de él. El club rojiblanco, que ya había invertido millones en reforzar la defensa este verano con los fichajes de Hancko y Lenglet, vuelve a enfrentarse a la exigencia del técnico Diego Pablo Simeone, que ahora reclama otro central.

La situación ha desatado un evidente malestar en el presidente Enrique Cerezo, quien considera que el gasto reciente ha sido “dinero tirado a la basura”. Según fuentes internas, el dirigente habría manifestado su hartazgo ante la continua obsesión del “Cholo” por fortalecer una línea que, pese a la inversión, sigue mostrando las mismas grietas.

Enrique Cerezo Atlético Europa Press
Enrique Cerezo Atlético Europa Press

Simeone presiona a la directiva

La severa brecha defensiva del Atlético de Madrid, evidenciada por la estadística de ocho goles encajados en solo tres partidos de Champions League y diez goles recibidos en las primeras nueve jornadas de LaLiga, representa una desviación inaceptable de la filosofía táctica fundamental de Diego Simeone. Fiel a su estilo de gestión basado en la exigencia inmediata, el entrenador argentino ha activado un estado de alerta máximo en los despachos, demandando la adquisición urgente de un central de élite en el inminente mercado invernal.

El discurso del “Cholo” ha sido claro: necesita un jugador que aporte liderazgo, contundencia y presencia. Sin embargo, en el seno del club comienza a crecer la percepción de que el problema va más allá de los nombres y se centra en un modelo agotado. Cerezo teme que las insistencias de Simeone estén rompiendo la estabilidad financiera y deportiva del proyecto.

Simeone
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“Millones a la basura”: Cerezo se planta ante las exigencias del Cholo

La preocupación por la crisis defensiva del Atlético de Madrid se ha trasladado a la cúpula directiva. Fuentes cercanas al club confirman el descontento del presidente ante la recurrente necesidad de reforzar la línea defensiva, un problema que persiste a pesar de las inversiones significativas en fichajes recientes como Lenglet y Hancko. La directiva critica que, pese al gasto en nuevos defensores, la estadística de goles encajados sigue siendo elevada, lo cual indica que las últimas incorporaciones no han logrado la adaptación necesaria ni el rendimiento esperado para cumplir con los altos estándares de Diego Simeone.

El club se encuentra dividido. Mientras Simeone insiste en que el equipo necesita más músculo y liderazgo atrás, la directiva considera que lo que falta no son fichajes, sino una revisión del esquema táctico. En este punto, el enfrentamiento entre técnico y presidente empieza a escalar, con un tono que recuerda a los momentos más tensos de la era post-2014.

En los pasillos del Metropolitano se respira incertidumbre. El equipo tiene en su plantilla a Le Normand, Giménez, Hancko y Lenglet, pero ninguno ha logrado ofrecer la solidez esperada. Los errores individuales se han convertido en un patrón, y los rivales han aprendido a castigar las debilidades rojiblancas con facilidad. Así, el mercado invernal se perfila como una prueba de fuego para la gestión del club. Si el Atlético accede a los deseos de Simeone y logra un refuerzo de jerarquía, el equipo podría volver a aspirar a la élite europea. Pero si la directiva decide plantarse, el futuro del entrenador podría tambalearse antes de mayo de 2026.