Pasan las jornadas y la diferencia entre Barça y Madrid no deja de aumentar. Los de Zidane han empatado a 2 contra el Celta de Vigo y, aunque todavía quedan muchos partidos, sus posibilidades de revalidar el título de Liga son bajas. Keylor Navas ha parado un penalti que podría haber hecho más profunda la herida madrileña.

El Madrid llegaba a Balaídos en condiciones opuestas a las de la temporada pasada: el curso pasado los blancos aterrizaron en Vigo con la posibilidad de adjudicarse media Liga y hoy la prioridad principal era evitar la renuncia (prácticamente) definitiva del título. Los aficionados blaugrana, que el 17 de mayo de 2017 veían cómo sus ilusiones se desvanecían, hoy se han sentado en el sofá en busca de una alegría para despedir el fin de semana y las fiestas navideñas. El final, hoy, ha sonreído los culés.

Bale y a correr

Y eso que parecía que hoy tampoco podría ser por culpa de la inspiración de Gareth Bale. La estrategia de Zidane se ha centrado en que el galés aprovechara los espacios a espaldas de los defensas locales y este ha respondido con dos goles. Uno después de una gran pasada de Kroos y el otro rematando una genial centrada de Isco (del que mismo que, aunque sea oportunista decirlo, no jugó ni un minuto en el Clásico del 23 diciembre). Si se dedica a hacer lo que sabe y se olvida de aquello en que no es bueno, el retorno de Bale puede ser el mejor fichaje de Florentino durante el mercado de invierno.

El doblete del delantero en sólo tres minutos (36' y 39') ha dado la vuelta a un marcador adverso y ha enderezado un camino que prometía ser pedregoso. Daniel Wass había adelantado a los locales con una gran vaselina y la situación no podía ser peor para los intereses madrileños. Sin noticias de Cristiano y con Carvajal (sancionado), Sergio Ramos y Benzema (lesionados) fuera de la convocatoria, la aparición mágica de Bale ha sido el mejor regalo de Reyes.

El Celta, por su parte, ha hecho gala de su personalidad. Unzué no ha pensado en la vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey y ha salido con todo sobre el césped. Iago Aspas, Sisto, Wass y compañía han puesto en muchas dificultades a su rival pero no han acabado probando el sabor de la victoria (aunque sí el del empate). Les podría haber ayudado aime Latre si hubiera expulsado a Casemiro en una agresión que ha cometido durante el tramo final de la primera parte, pero el árbitro gallego sólo le ha enseñado la amarilla. Hay cosas que no cambiarán nunca.

El Madrid paga cara la fragilidad defensiva

El partido no ha tenido dominador claro. El Madrid ha tenido más la pelota, pero su posesión no se ha traducido en ocasiones muy claras y, en cambio, cualquier ofensiva del Celta hacía subir los colores a los blancos por su fragilidad defensiva. Como es habitual en las últimas jornadas, la línea defensiva visitante no ha transmitido seguridad. Y suerte han tenido del acierto de Keylor bajo palos.

El costarricense ha cometido un penalti, a menos de veinte minutos para el final, por salvar un uno contra uno contra Aspas y él se ha encargado de enmendar su error con una gran parada. En pleno debate, en Valdebebas, sobre si fichar o no a un portero este enero, Navas ha enviado un mensaje al presidente y ha reforzado la frase que dijo Zidane en la previa de la visita a Balaídos: "Ahora mismo, no necesito a ningún portero".

Keylor, sin embargo, no ha podido hacer nada para evitar el empate de Maxi Gómez en el 83. El Madrid ha jugado con fuego y se ha acabado quemando: Wass ha hecho un gran centro y el uruguayo se ha encargado de hacer el resto. Aunque las heridas todavía podrían haber estado más profundas, los de Unzué no han podido conseguir el tanto de la victoria y el Madrid acaba la jornada 18 de la Liga Santander a 16 puntos del líder, el Barça, aunque los primeros han jugado un partido menos.