Llegaba Carlos Alcaraz a octavos de final, siendo su segunda ronda, ya que al ser cabeza de serie no ha disputado la primera, como si lo hizo un Rafa Nadal que se deshizo, en aquella ocasión, de un inofensivo Blanch. El murciano ha llegado a este enfrentamiento ya con las molestias en su antebrazo, casi, olvidadas, después de derrotar a Shevchenko y Wild sin ningún tipo de problema en la anterior eliminatoria. Le ha costado más ante un Jan-Lennard Struff que ha sido capaz de arrebatarle el segundo set, tras un primero sin complicaciones para el español. Al final, Carlos avanza a los cuartos de final del Mutua Madrid Open, donde le espera Rublev, imponiéndose al alemán en tres sets (3-6, 7-6 y 3-6) y a unas desconexiones que han dejado serias dudas.

Alcaraz domina el primer set sin problemas

Ha empezado muy vivo el partido Carlos Alcaraz, con un buen arranque y haciendo los deberes en el primer juego, en el que empezaba sirviendo. A pesar de algún susto de Struff, el murciano ha sido capaz de imponerse en todo momento. De hecho, ha tenido una bola de break, sobre el saque del alemán, pero la ha desperdiciado. Rápidamente, ha querido desquitarse el tenista de 34 años, que ha replicado a Alcaraz en el tercer juego, con una oportunidad de romperle el saque que no ha aprovechado. Se le ha enredado algo ese momento del partido al español, pero lo ha desencallado con una de sus famosas dejadas. Se ha visto a un Struff con mucha confianza durante los primeros compases, metiendo presión a un Alcaraz todavía algo agarrotado, pero se ha ido desinflando.

A mediados del primer set, el bajón del alemán ha coincidido con la soltura que ha ido adquiriendo Carlos, que ha acumulado tres roturas de servicio, haciendo efectiva la segunda para romper la solidez del alemán, que hasta la fecha no había mostrado demasiadas brechas. Sin embargo, ha vendido cara su piel el tenista de Warstein, que ha sido muy peligroso al resto y ha puesto en apuros al de El Palmar para consolidar el break, pero ha acabado por afianzarla, siendo clave para las aspiraciones del murciano para cerrar la primera manga. Porque han hecho los deberes cada uno en los posteriores juegos, cerrando Alcaraz con su saque un primer set (6-3) sin aparentes complicaciones.

Alcaraz se duerme en el segundo set y resuelve en el tercero con muchas dudas

El inicio del segundo set ha empezado de la mejor de las maneras para el español, que ha sido capaz de hacer un nuevo break a las primeras de cambio, ante un Struff que ha ido acumulando muchos errores no forzados. Lo ha consolidado Carlos Alcaraz con su saque, forzando algún error, pero cogiendo confianza de cara a los juegos venideros, de nuevo, con una dejada marca de la casa. El alemán, tras ganar con comodidad su saque, ha sido capaz de reponerse y romper el servicio del español, y de poner el miedo en el cuerpo, porque ahora era Struff quien tenía la sartén, en este caso la raqueta, por el mango y ha recuperado su mejor nivel.

Ha coincidido con el momento de mayor duda del murciano, o eso parecía, porque Alcaraz ha recuperado ese juego de desventaja ganando su servicio con mucha comodidad. Ha replicado Struff, en su turno, y se han ido alternando, cada uno, haciendo los deberes con sus respectivos saques, pero la ventaja del alemán, que siempre se veía por delante en el marcador, presionaba a un Alcaraz con cierto nerviosismo, pero ha sabido sacarlo adelante hasta el tie break. La muerte súbita ha sido todo un carrusel de emociones, con Alcaraz habiendo cogido ventaja, Struff ha sabido darle la vuelta al marcador, hasta situarse con tres bolas de set, que ha resuelto a la tercera, con un gran servicio, para forzar la tercera manga.

Ya en el tercer set, Alcaraz ha puesto la directa, en una manga que no ha tenido mucho misterio. El alemán se ha ido disolviendo, y no ha sido capaz de mantener el nivel ni al saque, ni al resto, donde hasta entonces había sido muy peligroso. Con dos breaks de ventaja, el murciano ha sufrido en el octavo juego, salvando una posibilidad de rotura de Struff, que hubiese vuelto a poner en sus manos la posibilidad de empatar el enfrentamiento. Cuando lo tenía todo hecho para cerrar el partido, de nuevo, al murciano se le han apagado las luces y ha desperdiciado tres balones de partido, con su saque, para dar alas a un Struff que parecía acabado.

No ha fallado el alemán en su servicio, forzando de nuevo un tie break, que esta vez ha caído del lado del murciano. Carlos, a quien parece que le gusta complicarse, ha cumplido con el objetivo. Ha sabido sufrir el español, imponiéndose al alemán, y a sus propias desconexiones