Como si se tratara de una cruel broma del destino, este jueves sucedió algo que los más supersticiosos podrían interpretar como una señal. Mientras Martin Braithwaite era presentado en el Camp Nou a puerta cerrada, de noche, y escudado por Josep Martia Bartomeu; en diferentes puntos del continente varios jugadores del fútbol base blaugrana triunfaban con sus respectivos equipos en partidos de Europa League.

Carles Pérez, por ejemplo, fue el autor del único gol que la Roma marcó contra el Gante belga en el Estadio Olímpico de la capital italiana. La diana, además, fue la primera del extremo de Granollers con su nuevo equipo. Recordamos: 22 años, vendido a cambio de 13 millones. Braithwaite tiene 28 y ha costado 18.

Antes, Marc Cucurella, lateral de Alella formado en La Masia, volvió a ser titular con el equipo de moda del fútbol español, el Getafe. Los de Pepe Bordalás, terceros en la Liga, no tuvieron que sudar para superar el Ajax, semifinalista de la última edición de la Champions League. 2-0 en el Coliseum Alfonso Pérez para dejar los dieciseisavos de final de la Europa League vistos por sentencia.

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En Glasgow quien también contó con minutos fue Abel Ruiz. El delantero valenciano, vendido este mercado de invierno a cambio de 8 millones de euros, vio portería con el Sporting de Braga. Su diana, eso sí, no evitó que los portugueses perdieran contra el Rangers (3-2).
 

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Por último, a las nueve de la noche fue el turno de Adama Traoré. El extremo catalán de origen senegalés, nacido al lado del Camp Nou, contribuyó a la goleada que el Wolverhampton propinó al Espanyol (4-0). Noche de contrastes con lección final para los que la quieran aprender.