El FC Barcelona sigue explorando fórmulas creativas en el mercado de fichajes para reforzar su plantilla sin comprometer aún más su frágil situación financiera. Uno de los nombres que ha ganado fuerza en los despachos azulgranas es el de Marcus Rashford, delantero del Manchester United. El internacional inglés, que ha vivido una temporada irregular en Old Trafford, gusta mucho en el club culé, y su perfil encaja perfectamente en los planes ofensivos de Hansi Flick.
El problema, como siempre, está en el dinero. El United no quiere ceder a Rashford, y ha tasado su salida en unos 40 millones de euros, una cifra que ahora mismo el Barça no puede asumir directamente. Ante esta situación, ha surgido una idea que ha empezado a circular con fuerza en el entorno de la dirección deportiva: ofrecer a Marc-André ter Stegen como parte de un intercambio de jugadores.
El United busca portero y el Barça quiere reforzar el extremo
En Old Trafford están buscando portero. La etapa de André Onana ha estado marcada por errores groseros, dudas constantes y falta de regularidad, y en el club inglés no esconden su deseo de incorporar a un guardameta de primer nivel. Ter Stegen encajaría perfectamente en ese perfil: es un portero contrastado, con experiencia internacional, liderazgo y todavía varios años de rendimiento al máximo nivel.

Por su parte, el Barça vería con buenos ojos incluir al alemán en la operación si finalmente se cierra el fichaje de Joan Garcia, portero del Espanyol y gran apuesta de Joan Laporta para el presente y futuro de la portería blaugrana. Con Joan en el equipo, la salida de Ter Stegen permitiría liberar masa salarial, rejuvenecer la plantilla y reforzar la banda izquierda con un jugador potente como Rashford.
Falta lo más importante: el “sí” de Ter Stegen
El gran interrogante es saber si Ter Stegen estaría dispuesto a aceptar el cambio de aires. El guardameta alemán ha reiterado en varias ocasiones que su intención es seguir en el Barça, y no se plantea una salida inmediata. Sin embargo, en las últimas semanas ha trascendido su malestar por los movimientos del club en busca de un nuevo portero. Siente que lo están empujando hacia la puerta de salida, aunque públicamente mantiene un perfil bajo.

En este contexto, su posible llegada al Manchester United dependerá de cómo evolucionen las negociaciones con Joan Garcia y del grado de presión que reciba por parte del club catalán. De momento, no hay nada cerrado ni en marcha, pero la idea del “cambio de cromos” ya está sobre la mesa y ha empezado a ser valorada por ambas entidades.
Un movimiento arriesgado pero con lógica futbolística y económica. El Barça podría resolver dos situaciones complejas de un solo golpe: dar salida a un jugador con una ficha elevada y reforzar una posición donde Flick ha insistido en que necesita más desequilibrio. Todo depende ahora de los próximos pasos y, sobre todo, de la voluntad de los protagonistas.