Pasar del filial al foco mediático que implica el primer equipo del Barça puede ser duro y al mismo tiempo complicado para según qué jugadores, como fue el caso de Bojan Krkic. El actual jugador del Stoke City se ha sincerado en una entrevista en el diario L'Équipe en la que habla de la ansiedad y la presión que suponía que un chico de 17 años jugara en un equipo de primer nivel mundial.

Krkic venía de ser uno de los jugadores más destacados de las categorías inferiores del club y desde los despachos se habían depositado muchas esperanzas para que el joven jugador fuera una de las referencias del primer equipo en un futuro. Pero el proceso de adaptación no fue fácil. "El Bojan de aquella edad era un jugador de fútbol 100%, pero no estaba preparado para soportar el impacto mediático que afecta a un joven de 17 años que juega en un club como el Barça. Fue un gran shock. Me encontré en el vestuario con jugadores como Eto'o, Puyol, Maxwell, Iniesta... de todos modos, cada día era un sueño", explica.

Krkic se veía tan intimidado por los cracks del Barça que ni siquiera bebía agua: "A veces tenía sed, pero nunca me levanté a coger una botella de agua. Tenía miedo de hacerlo mal".

El punto clímax sobre su ansiedad llegó en una convocatoria con España. Bojan tenía que debutar en 2008 contra Francia pero los nervios hicieron imposible que se vistiera de corto para jugar el partido. Desde la Federación se informó que era una gastroenteritis, pero la realidad era muy diferente. "Tuve que parar. Necesitaba desconectar del fútbol y no fui a la Eurocopa aquel año. No me arrepiento", subraya el ex del Barça.

Ahora, 10 años después y en su segunda oportunidad en el Stoke City, Bojan busca reencontrarse en la Segunda División inglesa. Ha pasado por la Liga española, la alemana, la inglesa, la holandesa y la italiana. Ya no es la joven promesa (tiene 28 años), pero todavía le queda fútbol en sus pies.