El silencio parece que es la solución. No ha habido ninguna palabra ni ninguna reacción por parte del presidente Josep Maria Bartomeu, ni de la directiva del Barça, ni de ningún cargo destacado dentro del club. El barcelonismo se ha encendido todavía más las últimas 48 horas después de la humillante derrota contra el Real Madrid, pero nadie dice nada. Parece como si la cosa no fuera con el Barça.

Ninguna respuesta del club

El sábado pasado y este mismo lunes las redes sociales han reaccionado dos veces pidiendo la dimisión de Josep Maria Bartomeu y su junta. Piqué dejó en evidencia a la directiva que supo muy tarde la intención de Neymar de marcharse al PSG. El Camp Nou se llenó de aficionados del Madrid y cada gol era un momento de euforia general. Los fichajes no ilusionan y no tienen las características del futbolista esperado. Sergi Samper tiene más de medio pie fuera del Barça.

Este inicio de temporada del Barça y, sobre todo, las últimas decisiones tomadas, han hecho abrir los ojos a la afición barcelonista. Las sensaciones enmascaradas por el tridente y por los títulos parece que se han desvanecido.

Un Barça de dos bandos

Por una parte hay los futbolistas y por la otra los que mandan. Eso ya lo ejemplarizó Gerard Piqué en la rueda de prensa previa de la ida de la Supercopa. "Cuando puse el 'se queda' ya sabía que Neymar se marchaba", aseguró. Unas palabras que acompañó con la certeza de que los directivos no supieron de la marcha del brasileño hasta un tiempo más tarde.

Eso sí, sólo se ha dicho una sola cosa destacada desde el club, y mal. Pep Segura, mánager deportivo del Barça, en el postpartido de la derrota contra el Madrid: "el error de Piqué fue determinante". Las palabras ahora han sido rebatidas desde dentro del vestuario, que estos sí hablan claro. Sergio Busquets en rueda de prensa ha afirmado que "no estoy de acuerdo y no es la mejor manera de expresarse, y menos desde dentro del club". Nada más que decir.

Dos bandos y dos maneras de ver el fútbol también. Si desde la dirección deportiva se escoge fichar a Paulinho por 40 millones y dar más músculo y velocidad al equipo, desde el vestuario piden todo lo contrario. Busquets ha dado su opinión sobre el Barça que quiere: "como más compacto sea el equipo y más tengamos la posesión, para mí mejor. Eso sería lo mejor para el equipo".

Ahora sólo toca esperar a los futuros acontecimientos. Quizás se piensa desde el club que con los fichajes de Coutinho y Dembélé todo se solucionará. Y seguro que también se cree que si no se dice nada, no hay opciones a empeorarlo. Eso recuerda a la famosa rueda de prensa de cierre de la temporada 2016/17 de Bartomeu. Todavía esperamos y no se hará nunca.