El Barça tiene en sus manos una pieza clave del mercado, como lo es Marcus Rashford. El inglés está cedido con opción de compra por 30 millones de euros y su situación permite al club culé maniobrar con libertad. El delantero gusta mucho en el PSG, que lo ve como una alternativa interesante para acabar de completar su ataque. Pero en el Camp Nou no solo lo consideran una opción de futuro, lo ven como una moneda de cambio. Y esta alternativa no sería otra que Bradley Barcola, una joya del París Saint-Germain que ha comenzado a despertar el interés real de la dirección deportiva.

PSG acecha a Rashford y el Barça estudia la operación

Desde París ya han tanteado al Manchester United y al propio Barça preguntando por Rashford. El perfil del jugador gusta por su talento, condiciones y gol. Pero la cláusula de compra del Barça los coloca en desventaja. Si los azulgranas activan la opción, Rashford será oficialmente suyo, y solo entonces podrían negociar su traspaso. Esa firmeza le da a la entidad catalana el poder absoluto del movimiento.

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En el club lo saben, y por eso interpretan que no es solo fichar o no fichar, se trata de vender bien para poder comprar mejor. Los culés quieren una plantilla mejor y, viendo lo que ofrecen Rashford y Barcola, creen que con el galo las cosas puede ir todavía mejor.

Barcola entra en escena para reforzar el ataque

La realidad es que Barcola convence. Es joven, desequilibrante, con proyección y un estilo de juego atrevido que haría brillar con luz propia a los extremos actuales del Barça, especialmente a Lamine Yamal y Raphinha. El francés reúne lo que el club busca: velocidad, descaro, juventud y hambre por crecer. Para ellos, podría ser la pieza que necesitan para volver a dominar el frente ofensivo sin depender únicamente de figuras consagradas.

Por eso, el Barça ya ha diseñado una operación posible en la que ofrece a Rashford para recibir a Barcola a cambio. Un intercambio que sacudiría el mercado de verano y reconfiguraría el ataque blaugrana. Así pues, si Barcola llega, su impacto podría ser inmediato. Y si Rashford sale, tanto el club como el futbolista evitarían la incomodidad de un afrontar una temporada sin que sea importante, convirtiendo así al inglés, en una venta en una estrategia táctica y deportiva.