El conflicto entre el Barça y el PSG vivió un nuevo capítulo este miércoles, cuando el club catalán oficializó el fichaje de Frenkie de Jong. Aunque el PSG parecía que había conseguido atar al mediocampista con una propuesta económica muy superior a la blaugrana, finalmente el futbolista del Ajax decidió recalar en el Camp Nou. Los argumentos deportivos proferidos por Josep Maria Bartomeu y compañía consiguieron convencer al holandés, que llegará a Barcelona el próximo verano. De esta manera el Barça ha conseguido una pieza estructural para su centro del campo del futuro y, de paso, ha ganado una nueva batalla en la guerra fría contra el club francés.
Una rivalidad que viene de lejos
La pugna entre el Barça y el PSG probablemente empezó después del 6-1 que el Barça propinó al equipo de Unai Emery en la vuelta de los octavos de Champions League de la temporada 2016/17. Cuando parecía que el PSG pasaría de ronda después de superar al Barça por 4-0 en el Parque de los Príncipes, los hombres de Luis Enrique consiguieron la remontada más espectacular de la historia del fútbol europeo y accedieron a los cuartos de final de la competición. Antes, además, el Barça había flirteado sin éxito con Marco Verratti y Marquinhos, un hecho que no había gustado nada en la cúpula del club francés.
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La revancha de Nasser Al-Khelaïfi, sin embargo, no tardó al llegar, y el verano siguiente pagó la cláusula de recisión de 222 millones de euros de Neymar. De esta manera el propietario de la entidad parisina se llevó a su verdugo en la Champions League y, de paso, dejó en evidencia a unos directivos que habían prometido a sus socios que la estrella brasileña no se movería del Camp Nou. El golpe del PSG provocó un auténtico terremoto en el Barça, que vivió uno de los veranos más turbulentos de la última década.
La guerra fría, sin embargo, no había acabado. Este verano, el PSG tanteó Ivan Rakitic con una oferta económica estratosférica que el jugador se planteó muy seriamente. Si bien es cierto que el Barça habría recibido una compensación económica muy suculenta -se hablaba de 100 millones de euros-, el traspaso hubiera hecho mucho daño a Ernesto Valverde, que había convertido el croata en una pieza clave de su esquema. Aunque la operación no se concretó, Abidal y compañía empezaron a tramar un plan para contraatacar. Esta vez, además, contaban con un aliado dentro del vestuario del Parque de los Príncipes.
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Adrien Rabiot se negó a renovar con el PSG y, como quién no quiere la cosa, el Barça apareció entre los favoritos para llevarse al jugador a coste cero. Para castigar su vínculo con la secretaría técnica blaugrana, Al-Khelaïfi se encargó de que el futbolista no jugara ni un minuto más bajo las órdenes de Thomas Tuchel, a quien ordenó que vetara al futbolista. Dicho y hecho: a estas alturas, Rabiot sigue apartado del resto del grupo.
De Jong, una victoria para recuperar el prestigio
La operación Rabiot, sin embargo, se ha enfriado bastante, y ahora el mediocampista parece que está más cerca del Bayern de Múnic que del Camp Nou. El fichaje de De Jong, además, parece que le cierra las puertas de un equipo que ya cuenta con una gran nómina de mediocampistas.
Haber adquirido al futbolista del Ajax es una victoria de prestigio del Barça. El club blaugrana parecía que perdía poder ante los nuevos ricos como el PSG o el Manchester City, pero el fichaje de De Jong -que ha decidido llegar al Camp Nou por motivos estrictamente deportivos-, supone una inyección de credibilidad ante el resto de clubs europeos.
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Al-Khelaïfi no descansa y ya tiene un plan para contraatacar. Ter Stegen, Busquets, Rakitic, Coutinho o Suárez son algunos de los futbolistas que el propietario del PSG tiene en el punto de mira y que intentará seducir para debilitar a su nuevo rival histórico. También Samuel Umtiti y Ousmane Dembélé, campeones del mundo con Francia y amigos íntimos de la estrella de su equipo, Kylian Mbappé. El Barça deberá estar atento.