La épica del Madrid ha dejado la primera partida de la temporada en tablas. Sergio Ramos ha igualado en el último aliento el retorno goleador de Luis Suárez (1-1). El uruguayo ha señalado el camino de un Barça que ha hecho un gran papel contra el eterno rival, pero los blancos siempre han confiado en ellos mismos. Suárez ha espabilado el partido y Ramos lo ha decidido.

Cada jugador ha tenido su función. Si con individualidades no hay posibilidades, entonces aparece el equipo. Unos atacan, unos defienden, unos son los creadores, los otros hacen el equilibrio. El Barça ha sido superior, pero la recompensa no ha sido la esperada.

Dos mentalidades

El Clásico ha sido la mejor manera de ver dos formas de concebir el fútbol. Tanto Barça como Madrid han empezado el partido fuertes, sin miedo y con una idea clara de por dónde tenía que ir el juego. Los blaugrana han salido sin complejos y con una grandísima presión inicial. Si ha habido partidos que se les ha exigido más en un inicio muy flojo, contra el Madrid, en un gran duelo como es el Clásico, hoy todas las ganas han llegado desde los primeros minutos.

Recuperaciones arriba, posesión y dominio del juego. El Barça ha hecho su fútbol, pausado y buscando los espacios. Los blancos han quedado detrás, esperando sus oportunidades. El buen juego de los de Luis Enrique les ha permitido madurar el duelo y llevar a su terreno la batalla.

Las dos estrellas han sido totalmente como polos opuestos. Cristiano Ronaldo ha estado anulado y Leo Messi ha estado participativo y creador. Si el Barça juega bien, Messi aparece y a la viceversa. El 10 blaugrana ha conducido el equipo a las ocasiones y ha sido el líder del juego cuando lo han necesitado.

Una misma arma definitiva

A pesar de las intenciones y el dominio del Barça, los contragolpes han sido la mejor arma. El Barça ha creado, y mucho, después de recuperaciones y con transiciones rapidísimas. Las pocas ocasiones que ha dispuesto el Madrid ha sido por errores de los de Luis Enrique o por contragolpes.

Una concepción diferente del fútbol, pero con un mismo recurso. En todo caso, la igualdad ha reinado en el partido. Más que posesión, pases o control, cada entrenador ha encontrado su manera de jugar. Sin problemas excesivos para los porteros e, incluso, un penalti para cada equipo que no ha visto el conjunto arbitral.

Vuelve el Suárez matador

Pero con esta arma del contragolpe no han llegado las diferencias. Ya se está convirtiendo en un habitual y las jugadas en pelota parada están apareciendo sacando petróleo contra el Madrid. Diez minutos de la segunda mitad, falta lateral, centrada de Neymar y Luis Suárez aparece.

El uruguayo últimamente le está costando el gol, no está tan fino como en otros momentos. Pero Suárez es luchador, persistente y, de vez en cuando, consigue su premio. Con su cuerpo, se ha hecho lugar, ha creado el espacio necesario, y con la cabeza ha enviado la pelota al fondo de la red. El Barça se adelantaba y llevaba el partido a otro escenario.

Iniesta coge el timón

Cuando el escenario ha cambiado de verdad ha sido cuando Iniesta ha entrado en el terreno de juego. Un antes y un después. Con el Madrid con un nuevo objetivo, el gol, los blancos se han estirado. Y el manchego ha entrado para poner otro ritmo; el ritmo que el Barça necesitaba.

Iniesta ha sido un metrónomo. Calculando y dividiendo el tiempo como quería, se ha hecho el dueño del medio del campo. El partido ha sido radicalmente diferente. Cuando Iniesta se pone las botas, el equipo es otro. El equipo lo ha echado de menos y con él han llegado las superioridades numéricas, los nuevos compases y la pausa.

Jarra de agua fría

Pero el Madrid siempre es el Madrid. El Barça no ha cerrado el partido cuando ha podido y la épica blanca y la épica de Sergio Ramos han cogido un punto del Camp Nou con muy poco fútbol. Decepción del aficionado culé y cuando todo estaba decidido con los tres puntos en el bolsillo, y nuevamente pilota parada, ha llegado el empate.

Empate con mal regusto, pero punto importante. Todo sigue igual. Seis puntos de diferencia y la Liga todavía no se decanta. Cuando el Barça peor estaba y el Madrid llegaba embalado, los de Luis Enrique han parado el golpe. La Liga es muy larga y no hay nada decidido.

 

Los goles

1-0 Luis Suárez 53’

1-1 Sergio Ramos 89’