Después del trabajado empate del Barça en Balaídos, los de Ernesto Valverde inician el 2018 como locales con la visita del Levante (16.15 horas / beIN LaLiga). Los blaugrana intentarán hacer gala de sus mejores virtudes para imponerse a un conjunto que, no obstante, hará todo el posible para minimizarlas.
Luces, cámara, acción
Como Hugh Jackman en el musical que está maravillando en los cines de todas partes (The Greatest Showman), Messi ha interiorizado el papel de P.T. Barnum con un claro objetivo: distraer a sus espectadores y dibujarlos una sonrisa durante -y al finalizar- la representación. El astro argentino, como el artista de circo estadounidense, ha encontrado en el engaño y las fintas su gran punto fuerte a partir del cual sellar actuaciones que no dejan indiferente a nadie. El resto es historia.
El Camp Nou da la bienvenida a un nuevo año (de Mundial, por cierto) con la voluntad de seguir contemplando la misma función cada dos semanas. Los aficionados no se cansan de ver exhibiciones parecidas pero que, como en el circo, pequeños detalles diferencian unas obras de las otras. Messi, protagonista estrella, no tiene sustituto posible; el resto de figurantes, algunos más trascendentes que otros, vienen y se van. La cuestión es que, sea como sea, los culés se marchen del distrito de Les Corts con una sonrisa.
Para el espectáculo de este domingo, Ernesto Valverde, director, no podrá contar con uno de los artistas secundarios más virtuosos, Sergio Busquets (que se perderá el partido por sanción), pero sí que agradecerá la presencia de una joven promesa por la cual el Barça apostó con fuerza en verano: Ousmane Dembélé. Después de tres meses y medio de lesión, el delantero francés tuvo unos minutos en Vigo y su puesta a punto continuará contra el Levante.
El técnico extremeño, sin embargo, ya dijo que había que ir poco a poco con el exjugador del Borussia Dortmund y lo más normal es que vuelva a esperar su oportunidad desde el banquillo. Messi, Suárez y Ter Stegen serán los únicos intocables en una alineación titular en que la principal duda es el sustituto de Busquets y que el resto de jugadores estará condicionado por la eliminatoria de octavos de final de la Copa del Rey.
Una carcoma de rival
El conjunto granota parece un contrincante propicio para que los blaugrana no vean derribada la racha de 26 victorias consecutivas después de meses y meses de gira. Al menos, las cifras así lo avalan: En los últimos seis compromisos entre catalanes y valencianos, seis victorias culés y un resultado global de 25-3. Nada más lejos de la realidad. Muñiz y los suyos poblarán el césped con su propuesta rocosa y no permitirán ni bailes ni cantatas. La fiesta se ha acabado.
Los valencianos no tienen ningún problema en asumir el papel de malo de la función. El Celta ya les demostró, hace poco más de un mes, que no era algo imposible. Y tienen la receta adecuada. Contra la brillantez, oscuridad; contra la plasticidad, practicidad. Contra el fútbol, el antifútbol, en definitiva. El Levante se ha ganado a pulso esta careta y, aunque no es extremadamente cierta, seguro que se la pondrá para arruinar el jolgorio en can Barça.
Los granota, sin embargo, llegan a Barcelona con tres bajas sensibles: Bardhi, Morales y Campaña, tres jugadores muy importantes para Muñiz, verán el partido desde su casa porque los tres están sancionados. No obstante, si alguna cosa ha demostrado el decimosexto clasificado de la Liga Santander es que el conjunto es más importante que las individualidades.
Los once de El Nacional
