El fútbol siempre da segundas oportunidades. El Barça quedó desnortado ahora hace cinco meses cuando la Juventus de Turín consiguió superarlo en la eliminatoria de los cuartos de final de la Champions League 2016/17. El 3-0 en la ida abrió una herida que el título de la Copa del Rey fue incapaz de curar. La temporada acabó con un doblete del Real Madrid y con la sensación de estar un peldaño por debajo de la élite europea.

Ernesto Valverde llegó este verano al Camp Nou con el objetivo de refrescar al equipo. "Mi idea es profundizar en el estilo del Barça", aseguró el técnico extremeño en su primer día delante de los medios de comunicación. Y lo está intentando. Valverde, en la Supercopa de España y en los tres partidos de Liga, ha buscado variantes al tradicional sistema 4-3-3.

El vestuario está en sintonía con el entrenador. A pesar de las numerosas operaciones frustradas durante el mercado de fichajes, al equipo no le queda más remedio que competir las tres competiciones (con futbolistas de muchas garantías). "Lo mejor del mercado es que ya se ha acabado y estoy contento con la plantilla que tenemos", decía un Valverde que afronta la visita de la Juventus de Turín como el primer gran reto del año. Y parece preparado.

La espina de Messi

Buena parte del optimismo de la afición del Barça radica (como no) en Leo Messi. Es la decimotercera temporada de Messi en un equipo que suma 14 años consecutivos jugando la fase de grupos de la Champions. El nuevo proyecto de Valverde también es el de Messi y es que el delantero argentino ha empezado enchufado, evidenciando que el paso del tiempo va por un lado y él por otro.

Con 30 años, el '10' del Barça pone en marcha un nuevo año en Europa con el objetivo de plantarse el 26 de mayo en el estadio Olímpico de Kiev, sede de la final de la Champions.

Cuatro goles en tres partidos. Y un hat-trick al Espanyol. Esta es la tarjeta de presentación de Messi para recibir a la Juventus, un equipo que consiguió desconectarlo durante toda la eliminatoria del año pasado. En los últimos minutos del partido de vuelta, Messi estaba visiblemente afectado, casi ausente. Era consciente de que se le escapaba una nueva orejuda. Ahora busca revancha.

Messi volverá a liderar el ataque de un Barça que puede tener la novedad de Ousmane Dembélé. El extremo francés ya se estrenó contra el Espanyol y tiene la bendición del entrenador y los compañeros. Este podría ser el único cambio de un once muy poco estático, que volverá a incluir cambios en la formación para superar uno de los sistemas defensivos más fiables de Europa.

Dybala es su Messi

La Juventus es sinónimo de regularidad. Seis Ligas italianas consecutivas lo demuestran. Massimiliano Allegri ha conseguido relevar a Antonio Conte con éxito. Y lo ha hecho a partir de una defensa sin fisures. El sistema de tres centrales y dos carrileros largos ha empujado el equipo hacia dos finales de Champions en los últimos tres años. Las dos perdidas. Contra Barça y Real Madrid.

La última final contra el Madrid confirmó dos cosas: la Juve es uno grande de Europa pero le falta un último paso para ganar un título que se le resiste desde 1996. Este punto diferencial, sin embargo, puede llegar desde las botas de Paulo Dybala. El delantero argentino, ya con el número 10 en la espalda, se ha convertido en la referencia de un equipo a veces demasiado rígido y necesitado de inspiración en ataque. Dyabala suma siete goles en cuatro partidos. La gran amenaza para Ter Stegen.

Los refuerzos de la Juventus, como es habitual en las últimas temporadas, han ido en dos líneas. Jugadores prometedores como Federico Bernardeschi mezclados con futbolistas consolidados con ganas de reivindicarse como Douglas Costa o Blaise Matuidi. A pesar de las pérdidas sensibles de Leonardo Bonucci y Dani Alves, los fichajes están dedicados a seguir reinando en Italia y consolidarse, un año más, entre los cuatro mejores equipos de la Champions.

Los once de El Nacional

Apuesta Alineación FCB JUV