En el FC Barcelona se ha encendido una nueva alarma. La dirección deportiva ha decidido poner freno a las apariciones públicas de Lamine Yamal tras su última polémica. El joven futbolista de apenas 18 años ha pasado en cuestión de días de ser la joya más brillante del club a convertirse en el centro de una tormenta mediática. Y en Can Barça han dicho basta: Lamine, en casa, sin salir si no es para ir a entrenar.
Todo empezó con unas declaraciones imprudentes en la Kings League de Gerard Piqué. Entre bromas y confidencias con Ibai Llanos, el canterano dejó caer que el Real Madrid “roba y se queja”, una frase que corrió como la pólvora. En el club blanco no sentó bien. En el Barça, tampoco. Y tras la derrota en el Clásico, el eco de esas palabras se convirtió en un problema mayor.
El Barça ata en corto a Lamine Yamal
Desde entonces, la consigna ha sido tener un control total sobre su imagen. Nada de eventos, nada de entrevistas, nada de cámaras que puedan captar un nuevo titular. La entidad azulgrana quiere protegerlo, pero también protegerse a sí misma. El adolescente que hace un año asombraba al mundo con su talento ahora necesita una guía firme para no perder el rumbo.
Este martes debía asistir a un acto publicitario con OPPO, marca de la que es embajador oficial, para presentar el nuevo Find X9 Series. Todo estaba preparado. Influencers, prensa y una campaña centrada en su imagen. Pero a última hora, el Barça lo frenó, tal y como afirmaron varios medios, entre ellos Sport. Decidieron que no era momento para más exposición pública. Y Lamine Yamal aceptó la decisión, consciente del revuelo que han causado sus últimas palabras.
En las redes de la marca aún aparecen publicaciones anunciando el evento con su nombre. Incluso se había preparado un reto para sacar “la mejor foto de Lamine” con el nuevo móvil. Pero él no apareció. La orden desde el club fue tajante: no aparecer en actos públicos, al menos hasta que el ambiente se enfríe.
El Barça quiere evitar que Lamine Yamal siga el camino equicado
El propio entorno del jugador admite que la situación “se les ha ido de las manos”. Lamine, que vive con la intensidad y espontaneidad de un adolescente, no mide siempre el impacto de lo que dice. Sus salidas de tono, aunque sin mala intención, se amplifican en un contexto donde cada palabra suya se analiza al detalle. Y en el Barça temen que una más pueda romper la imagen de disciplina que Hansi Flick intenta imponer en el vestuario.
Asimismo, surgieron rumores de que el club habría intentado bloquear una entrevista del joven con el streamer francés AmineMatue. Pero este último lo negó en directo, asegurando que no estaba prevista ninguna aparición de Yamal.
En el Barça lo tienen claro: hay que proteger a Lamine de sí mismo. Su talento es incuestionable, su potencial, inmenso. Pero en un club que ha visto cómo las promesas se pierden entre focos y titulares, el mensaje es muy concreto: primero madurar, luego brillar.