El Barça gana y el Camp Nou se vacía

"No sé qué se puede hacer para incentivar la asistencia. Supongo que el horario no ayuda, acaba tarde, la gente trabaja, es invierno... nosotros intentamos que los que vengan disfruten". Las palabras de Ernesto Valverde después del Barça-Valencia de Copa del Rey resumen el sentir del club sobre la floja entrada del Camp Nou esta temporada.

Los 50.959 espectadores que vieron en directo las semifinales de Copa suponen la tercera peor entrada de la temporada, por delante de los 48.336 del partido intrascendente de Champions contra el Sporting de Portugal y los 49.693 del día del Éibar. Una estadística en la que no entra el Barça-Las Palmas de Liga, disputado a puerta cerrada como medida de protesta por la represión de la Policía Nacional durante el referéndum del 1 de octubre.

La trayectoria impecable del equipo en las tres competiciones no consigue enganchar al público, que parece anestesiado por una normalidad que hace unos años sería excepcional. El club mantiene que sigue vendiendo el mismo número de entradas, por lo tanto, la diferencia está en los socios abonados.

Esta temporada, el Barça sólo ha conseguido reunir a más de 70.000 espectadores en cuatro de los dieciocho partidos que se han disputado en el Camp Nou. Una cifra que obliga a reflexionar y más teniendo en cuenta la asistencia del Santiago Bernabéu, que no tiene problemas para encadenar partidos superando el 90% de ocupación.

La directiva está convencida de que la estadística se revertirá en este tramo decisivo de temporada. "Lo que queremos es que el estadio esté siempre lleno. Nosotros trabajamos para que eso suceda en cada partido", ha dicho el portavoz del club Jordi Vives antes de asegurar que la baja afluencia de público obedece a razones multifactoriales.

La realidad es que el Barça, invicto en la Liga, ya ha visitado los campos más complicados de la Primera División. Equipos como el Real Madrid, el Atlético de Madrid, el Valencia, el Villarreal o la Real Sociedad todavía tienen que pasar el Camp Nou. El nivel de los rivales maquillará unos datos que no gustan al club. "Se habla de preocupación en tono negativo, pero nosotros lo hacemos en tono positivo. Al principio de temporada había gente que nos había enterrado con vida y el equipo ha levantado el vuelo. Estamos en la recta final y necesitamos que la gente venga porque nuestros jugadores lo sienten de una manera diferente", ha asegurado Vives.

La comparación con la temporada pasada no admite ningún tipo de duda. La gente, a pesar de los resultados, va menos al estadio. En el último año de Luis Enrique, el equipo consiguió enganchar una media de 77.046 aficionados en los primeros 18 partidos. En cambio, los números del Barça de Valverde, en los mismos partidos, son más bajos: 63.322 (sin tener en cuenta la visita del Las Palmas).

El Barça, que hará balance de la situación en verano, confía en que el equipo elimine al Chelsea para llenar el estadio en partidos consecutivos en Europa. Los horarios, el clima, las televisiones, los resultados... no parecen argumentos convincentes para darle la espalda al mejor jugador del mundo, decidido a amortizar el precio del abono cada cuatro días.