El Espanyol ha acabado la temporada con una victoria por la mínima en San Mamés (0-1). Los blanquiazules han aprovechado un error defensivo del Athletic antes de los diez minutos de juego para llevarse los últimos tres puntos de la temporada y certificar un final de curso excelente: cuatro victorias y un empate en los últimos cinco compromisos.

Cuestión de mentalidad

San Mamés ha acogido un partido entre dos equipos cuyo rendimiento ha estado muy por debajo de las expectativas esta temporada. Athletic Club y Espanyol (el de Quique Sánchez Flores) no han estado a la altura de la historia que tienen las entidades que representan, ni por el juego llevado a cabo ni por los resultados obtenidos (los catalanes han acabado la Liga en la decimocuarta posición, mientras que los vascos lo han hecho en la decimosexta).

En Cornellà la llegada de David Gallego todavía ha permitido acabar el curso con una sonrisa, pero en la Catedral Ziganda, que no seguirá la próxima temporada, no ha conseguido encontrar la fórmula del éxito. Los pitos con los que los aficionados han acompañado a sus futbolistas durante algunas fases del último partido del año (y, de hecho, durante todo el transcurso de este) manifiestan un sentimiento de decepción en el Athletic. Un equipo preparado para luchar por Europa ha acabado 'celebrando' la permanencia.

En un partido muy igualado y con escasas oportunidades, la diferencia entre ambos conjuntos la ha acabado marcando el hecho de que, contrariamente a los locales, el Espanyol sí que encontró la receta contra la depresión. Sin ser especialmente superiores a sus contrincantes, los blanquiazules han empezado a gestar el tercer triunfo a domicilio consecutivo en el minuto nueve, cuando David López ha rematado sin oposición un córner y ha desequilibrado el marcador. Los de Gallego han alternado versiones brillantes (contra el Málaga y el Atlético de Madrid) con versiones más prácticas que plásticas. La de hoy, como la del partido contra el Las Palmas, ha sido un ejemplo de las segundas.

¿Victoria de despidos?

Los minutos han ido pasando y el Athletic Club ha intentado reaccionar, pero no ha estado acertado en los metros finales y el Espanyol no ha sufrido para mantener la ventaja antes del descanso. Sólo un disparo de Aduriz ha puesto el miedo en el cuerpo a los aficionados pericos. Una vez llegada la reanudación, los catalanes todavía han visto cómo los locales vivían más lejos de la portería de Diego López a pesar de tener la iniciativa y han olido sangre en algunos contraataques, la mayoría iniciados o liderados por Gerard Moreno. Un partido más.

Chen Yansheng está obligado a acertar con el sustituto del delantero de Santa Perpètua si quiere que su proyecto no disminuya en ambición. Todos los rumores indican que hoy Moreno ha jugado su último duelo con la camiseta blanquiazul y, de confirmarse, el RCDE Stadium perdería a su líder; a su referente. A su Rey. San Mamés también ha podido ser el escenario del último partido de jugadores como Pau y Aarón (aunque el primero no ha disputado ni un minuto) y del mismo Gallego. Los números hablan por sí solos, pero el de Súria no ha tenido suficiente con cuatro victorias y un empate en los cinco partidos que ha estado en el primer equipo para convencer a la directiva.

Leo Baptistao y Melendo no han podido aprovechar las oportunidades que han tenido, pero a pesar de perdonar la sentencia el Espanyol se ha acabado llevando los tres puntos de la Catedral. Los aficionados pericos despiden una temporada floja con una sonrisa después de unos últimos cinco partidos que han demostrado que la plantilla daba para más. Sea como sea, la pelota se traslada del césped a los despachos. La gestión que se lleve a cabo desde allí volverá a dar alas a las aspiraciones blanquiazules o, por el contrario, las empujará hacia un barranco.