El caso Endrick ya tiene desenlace. Y no es el que soñaba el club. El joven brasileño saldrá del Real Madrid en cuestión de días. No como venta. No como traspaso definitivo. Lo hará cedido. Rumbo al Olympique de Lyon. Una solución de emergencia. Un parche. Una decisión que llega tarde.
La operación está cerrada. Endrick se incorporará a su nuevo equipo de inmediato. Entrenará. Firmará. Y debutará, si todo va según lo previsto, en enero. Así lo aseguraron en el Chiringuito de Jugones y lo confirman numerosos medios madrileños. En el Madrid ya no cuentan con él. Al menos, por ahora. Xabi Alonso no tomará más riesgos. Ni un minuto más. Temen una lesión y perder control sobre el acuerdo.
El Real Madrid se cansa de Endrick
En los despachos, el discurso es otro. Se insiste en el potencial. En el futuro prometedor. En la necesidad de minutos. Pero la realidad es tozuda. Endrick no ha dado el nivel. No ha aprovechado sus oportunidades. Y ha pasado de promesa ilusionante a problema incómodo en la plantilla.
Este escenario no sorprende a todos. Hay un nombre que vuelve a aparecer. Carlo Ancelotti. El técnico italiano lo vio antes que nadie. Fue claro y directo. Recomendó su salida. Aconsejó vender. O, como mínimo, ceder cuanto antes. Consideraba que no estaba preparado para el Real Madrid. Que el salto era excesivo.
El club no escuchó. Apostó por la paciencia. Por el marketing y la expectativa. Endrick quiso quedarse. Quiso luchar y triunfar vestido de blanco. Pero la competencia era feroz. Mbappé, indiscutible. Gonzalo García, emergente. Y él, atrapado. Sin minutos. Sin confianza. Este curso solo ha disputado 22 minutos: 11 contra el Valencia el pasado 1 de noviembre en un partido que ya estaba decidido, y otros 11 contra el Manchester City el pasado miércoles.
Carlo Ancelotti ya lo advirtió
Durante meses, Endrick ha sido una carga deportiva. Un jugador que ocupa plaza. Que genera ruido y no aporta soluciones. Ni goles, ni desborde, ni presión… Cada convocatoria era una pregunta. Cada suplencia, un recordatorio. El Madrid necesita rendimiento inmediato. Y Endrick ofrece solo incertidumbre.
La cesión al Lyon se vende como positiva. Equipo europeo, contexto competitivo y minutos garantizados. Todo correcto. Pero el mensaje de fondo es claro. Fracaso temporal. El Madrid rectifica. Tarde, pero rectifica. Y, sin decirlo, da la razón a Ancelotti.
Porque el italiano no dudó. Vio las carencias y la falta de madurez. Vio que el escudo pesaba demasiado. Ahora, los hechos le respaldan. Endrick se va por la puerta de atrás. Sin ruido y sin protagonismo. Y con la etiqueta de apuesta fallida.