El posible desembarco de Álvaro Arbeloa en el banquillo del Real Madrid no sería, ni mucho menos, un simple cambio de entrenador. El exjugador blanco tiene muy claras sus ideas y ya ha trasladado al club cuáles serían sus primeras exigencias si finalmente asume el cargo. Arbeloa considera que, antes de empezar a construir, es imprescindible limpiar el vestuario de perfiles que, a su juicio, no encajan ni deportiva ni mentalmente en el proyecto que quiere liderar.

En ese contexto, hay dos nombres propios que ya ha puesto sobre la mesa. Dos futbolistas con peso mediático y deportivo, pero a los que Arbeloa no ve con nivel ni con encaje suficiente para seguir vistiendo la camiseta del Real Madrid. Su mensaje es directo: mejor resolver esas salidas antes de empezar, para evitar problemas mayores más adelante.

Fran García, un nivel que no convence

El primero de los señalados es Fran García. Arbeloa no duda de su profesionalidad ni de su compromiso, pero considera que no tiene el nivel necesario para jugar en el Real Madrid. En su análisis interno, el lateral izquierdo no ofrece fiabilidad defensiva y, cuando juega, acaba generando más dudas que certezas. Cree que es un futbolista que resta más de lo que suma en partidos de alta exigencia.

Celebración gol Fran García Granada Real Madrid
Celebración gol Fran García Granada Real Madrid

En Chamartín entienden que esta visión es compartida por parte del entorno técnico. Fran García no ha terminado de consolidarse y su rendimiento ha sido irregular. Arbeloa considera que el Real Madrid necesita un perfil mucho más sólido para esa posición y no quiere iniciar su etapa con un jugador en el que no confía plenamente.

Rodrygo conlleva demasiados problemas

El segundo nombre es mucho más delicado y se trata de Rodrygo Goes. Aquí el problema no es tanto el talento sino el encaje del futbolista en el vestuario y en el proyecto. A pesar de que ha marcado goles importantes en las últimas semanas, la sensación es que el brasileño siempre acaba siendo siempre un foco de tensión interna. Arbeloa cree que Rodrygo genera más ruido del que debería, que su rol nunca está del todo claro y que eso termina afectando al ambiente del vestuario. No quiere gestionar egos ni situaciones incómodas desde el primer día. Prefiere una salida ordenada, con el jugador dejando dinero en caja, antes que convivir con un problema latente.

Así pues, si Arbeloa finalmente se convierte en entrenador del Real Madrid, Fran García y Rodrygo tienen muchas papeletas para ser los primeros sacrificados.