En el vestuario del FC Barcelona no dejan de sorprenderse con el rendimiento de Lamine Yamal. El canterano de apenas 18 años ha arrancado la temporada de manera espectacular, confirmando las sensaciones que ya dejó la pasada campaña. Su impacto ha sido inmediato: ha participado directamente en todos los partidos disputados hasta el momento, ya sea marcando o asistiendo. En un equipo que busca consolidarse tras los cambios del verano, el joven extremo se ha convertido en uno de los grandes referentes ofensivos.
Lo más llamativo de Lamine no es solo su calidad técnica o su desparpajo en el uno contra uno, sino la regularidad que muestra en cada encuentro. Con apenas unos meses en la élite, ha logrado mantener un nivel que muchos jugadores consagrados tardan años en alcanzar. Flick lo sabe y lo está cuidando con especial atención, consciente de que tiene entre manos a un futbolista llamado a marcar una época en el Barça.

Admiración dentro del vestuario
Fuentes del vestuario reconocen que los propios compañeros se muestran asombrados por cómo Lamine asume responsabilidades. No solo aparece en los momentos clave, sino que además es capaz de decidir partidos con su talento. Algunos de los veteranos admiten que el impacto del extremo recuerda a la irrupción de otros grandes nombres de La Masia, aunque con una madurez que sorprende incluso más.
En privado, los jugadores más experimentados advierten: si mantiene este nivel, la temporada del Barça puede dar un salto cualitativo muy importante. Su capacidad para generar ocasiones, abrir defensas cerradas y aportar gol es un recurso que Flick valora por encima de todo.
Ese entusiasmo también se convierte en un aviso muy serio. Lamine se ha ganado galones rápidamente y amenaza con dejar en un segundo plano a jugadores que parecían indiscutibles.

El Barça, con estrella para rato
Más allá de los números y las actuaciones, el impacto de Lamine tiene un componente simbólico. Representa la continuidad de la cantera como motor del Barça y la esperanza de que, pese a las dificultades económicas, el club siga contando con talento de primer nivel mundial.
El mensaje que se escucha dentro del vestuario es claro: si sigue así, esta temporada promete. Lamine Yamal no solo está cumpliendo con las expectativas, las está superando con creces. Y en el Camp Nou ya empiezan a soñar con lo que puede venir.