Carlos Alcaraz ha sellado en Tokio un nuevo hito en su meteórica trayectoria. El murciano se ha proclamado campeón del ATP 500 de la capital japonesa después de superar con autoridad al estadounidense Taylor Fritz, número cinco del ranking, por un doble 6-4 en una hora y 33 minutos. Un triunfo que refuerza aún más su liderazgo en el tenis mundial y que le permite levantar el octavo trofeo de 2025, en una temporada que ya es la mejor de su carrera.

Primer set y discusión con el árbitro

El duelo arrancó con un Fritz muy sólido al servicio y dispuesto a vender cara su derrota. Alcaraz comprobó enseguida la intensidad del rival y tuvo que salvar una bola de break en el segundo juego con una dejada marca de la casa. El primer set se mantuvo igualado hasta el noveno juego, cuando el murciano consiguió por fin aprovechar la sexta opción de break y colocar el 5-4. Con servicio propio certificó el 6-4 después de 47 minutos de resistencia y tensión. En medio de todo, se vivió un episodio de fricción con el árbitro Fergus Murphy, que sancionó a Alcaraz por exceder los 25 segundos al servicio. El número uno, irritado, protestó con contundencia: “Acabo un punto largo y no tengo tiempo ni de ir a buscar las pelotas. ¿Lo ves normal? No has jugado a tenis en tu vida”.

Molestias físicas de Fritz y campeón en Tokio

Fritz pidió asistencia médica por unas molestias en el muslo izquierdo antes de afrontar la segunda manga, y el partido se decantó rápidamente. Alcaraz rompió de entrada con una combinación de dejada y globo y, gracias a la potencia de su servicio, encarriló el 3-1. El estadounidense, mermado físicamente, perdió de nuevo el servicio y se vio con un 4-1 adverso que ya resultaba insalvable. A pesar de un último intento por resistir, rompiendo el servicio del murciano cuando este servía para cerrar con 5-3, Alcaraz no falló en su siguiente turno y culminó con una dejada definitiva.

El triunfo confirma un curso estratosférico: 67 victorias en 74 partidos, mejorando las 65 de 2023. Suma ocho coronas este año —Rotterdam, Montecarlo, Roma, Roland Garros, Queen’s, Cincinnati, US Open y ahora Tokio— y ya tiene 24 como profesional. Solo ha cedido en dos finales, en Barcelona ante Holger Rune y en Wimbledon contra Jannik Sinner, un rival al que, paradójicamente, ha vencido en cuatro finales más. En Tokio, además, Alcaraz ha superado un obstáculo añadido: un esguince de tobillo en primera ronda contra Sebastián Báez que hizo temer lo peor.