Marcus Rashford aterrizó en el FC Barcelona con la etiqueta de fichaje estrella. Su calidad y experiencia en la élite del fútbol europeo lo convierten en un refuerzo de lujo para el ataque de Hansi Flick. Sin embargo, en el vestuario empiezan a sonar las primeras alarmas: hay quien teme que pueda convertirse en un nuevo caso Joao Félix, un jugador talentoso, con una zurda exquisita, pero que terminó marchándose sin dejar huella por su falta de compromiso y constancia sobre el césped.
El espejo de Joao Félix
La comparación con el portugués no es casualidad. Joao llegó también con la promesa de aportar desequilibrio, pero acabó siendo un futbolista intermitente, incapaz de mantener un nivel de intensidad adecuado para un club que exige competir cada tres días. Su paso por el Barça quedó en el olvido, un aviso de que la calidad no basta en un equipo donde la exigencia física y mental es máxima.

En el caso de Rashford, el inglés ha demostrado durante años en el Manchester United que puede ser decisivo. Su velocidad, capacidad de desborde y olfato de gol lo convirtieron en uno de los atacantes más temidos de la Premier League. Sin embargo, también arrastra la fama de ser irregular, de desaparecer en determinados momentos y de dejar dudas sobre su ambición.
Rashford, a prueba desde el inicio
En el Barça no hay margen para la relajación. Con un Lamine Yamal consolidado como figura, un Raphinha muy enchufado y un Ferran Torres que ha arrancado la temporada a gran nivel, Rashford no tendrá el camino despejado. Debe demostrar desde ya que puede marcar diferencias y que no ha venido a acomodarse.
Flick, que conoce perfectamente la importancia del sacrificio colectivo, ya ha lanzado varios mensajes en rueda de prensa: aquí no hay lugar para jugadores que bajen la intensidad. El alemán quiere un equipo solidario, agresivo y que no regale ni un minuto en defensa. Si Rashford quiere ser titular, tendrá que adaptarse a esa idea y ofrecer mucho más que destellos puntuales.
El vestuario observa con lupa
En la plantilla culé saben que Rashford puede ser un recurso espectacular, pero también miran con cautela. No quieren otro caso Joao Félix, alguien que ilusiona en verano y decepciona en mayo. Los líderes del vestuario esperan de él compromiso absoluto en los entrenamientos y en los partidos.
El inglés, por su parte, ha transmitido confianza y asegura estar preparado para asumir el reto. El Camp Nou lo recibirá con los brazos abiertos, pero la paciencia será limitada. El Barça necesita futbolistas que marquen diferencias de manera constante, no de forma esporádica.

La exigencia de un grande
El reto para Rashford es mayúsculo: demostrar que está hecho para un club como el Barça. Si consigue mantener el hambre y la ambición, puede convertirse en un referente ofensivo. Si no, corre el riesgo de que su nombre se sume a la lista de grandes talentos que pasaron sin pena ni gloria por el Camp Nou.
En Can Barça, la alerta está encendida. El talento de Rashford es indiscutible; ahora falta comprobar si está dispuesto a acompañarlo con trabajo y carácter.