Zoo, uno de los grupos revelación de la música catalana, prepara un verano lleno de actuaciones, por los Països Catalans, pero también fuera. Su segundo disco, Raval, que apareció hace unos meses, ha sido un gran éxito y varios festivales han programado espectáculos del grupo valenciano. Se trata de un conjunto que se puso en marcha en Gandia en 2014 y en muy poco tiempo ha conseguido consolidarse como una de las formaciones de referencia en el panorama musical en catalán. Zoo está integrado por Antonio Sánchez (Panxo), Arnau, Marcos Úbeda, Hèctor Galan, Toni Fort y Natxo Císcar. Raval se puede escuchar en la página web del grupo valenciano. En ocasión de su participación en el festival Clownia, en Sant Joan de les Abadesses, han viajado al Principat y Panxo responde a las preguntas de El Nacional.
Hace unos meses publicabais Raval, vuestro segundo disco, parece que ha entrado muy fuerte. ¿Cómo se plantea el verano para el grupo?
Estamos muy satisfechos. Es un disco en que hemos puesto muchas energías, muchas ilusiones, muchas horas, muchas dudas... La verdad es que ha sido un proceso duro en algunos momentos y ahora estamos recogiendo los frutos de tanto esfuerzo y estamos muy contentos. Tenemos previstos en torno a 60 conciertos, muchos de ellos este verano. Estamos muy motivados: tenemos un buen equipo humano y técnico y estamos muy contentos.
Queremos jugar con diferentes sonoridades, con todos los estilos, y no encerrarnos en nada
Este disco es un poco ecléctico. Hay temas como "Xafant fang" con un sonido muy electrónico, pero otras canciones muy diferentes, incluso con un toque muy propio del hip-hop. ¿Estáis definiendo vuestro estilo?
Sentimos que estamos haciéndonos poco a poco, y jugando con diferentes estilos. Pero no sé si queremos definir un estilo y renunciar a otros: eso no es lo que queremos. Queremos jugar con diferentes sonoridades, con todos los estilos, y no encerrarnos en nada. Eso limitado solo por nuestra forma de hacer música: no cantaré como un cantante de heavy metal, porque no sé. Pero queremos acercarnos a los diferentes estilos que nos gustan. Con Raval hemos dado un paso adelante para diferenciarnos en el panorama musical. Hemos tocado más estilos, nos hemos adentrado en diferentes sonoridades que no habíamos tocado hasta ahora...
¿Cuáles son vuestras influencias musicales?
Son muy diversas, porque somos seis, y cada uno tiene las suyas. Hay dos músicos que vienen de la escena reggae, de sonidos jamaicanos; dos músicos que vienen de la música más tradicional, de la música de banda, de la música de calle típica del País Valencià, con más aires del folk; Arnau tiene más influencia del punk rock, del ska y del rock radical vasco; y yo vengo más del rap. A nivel creativo, el rap es lo que he hecho siempre, y me ha marcado mucho la música electrónica de baile de principios de siglo XXI.
Uno de los temas de Raval, "La mestra", es un homenaje a aquellos educadores que contribuyeron al mantenimiento de la lengua en el tiempo difíciles de la dictadura. ¿Está basado en algún personaje real?
Está inspirado en el libro La mestra, de Víctor Gómez Labrado, una novela casi periodística que cuenta la historia de Marifé Arroyo una maestra que en los últimos de la dictadura emprendió un proyecto pedagógico muy innovador en Barx, un pueblo cerca de Gandia. Defendió una enseñanza progresista y en valenciano, y eso tuvo consecuencias muy malas para ella. Fue expulsada de la escuela y el pueblo. Marifé Arroyo es un reflejo de una lucha que se producía en el País Valencià en la época y que preparaba lo que sería la "Batalla de València". Arroyo fue una precursora de la escuela en valenciano, que se acabó de imponer a costa de muchas presiones.
En el País Valencià muchos padres intentaron impedir que sus hijos hablaran como ellos, porque consideraban que no llegarían a ningún sitio con el valenciano
Otro tema está dedicado a "Un pueblo que ruge en un idioma proscrito". ¿En el País Valencià todavía se siente presión sobre la lengua, en contra del catalán?
Vivimos en una realidad lingüística en que el valenciano es considerado una lengua de segunda, por ejemplo en el ámbito administrativo o institucional. Hablar en valenciano es un síntoma de atraso o de "aldeanismo". Y eso es una concepción que está muy arraigada en el País Valencià a nivel de inconsciente colectivo. Muchas familias catalanohablantes enseñaron a sus hijos a hablar en castellano. Muchos padres intentaron impedir que sus hijos hablaran como ellos, porque consideraban que no llegarían a ningún sitio con el valenciano. Es una realidad dura, que ha ido cambiando gracias al trabajo de mucha gente, de muchos colectivos. Pero queda mucho trabajo por hacer para llegar a una normalidad como la que puede haber en Catalunya.
Vuestro disco tiene un tema dedicado especialmente al ministro Fernández Díaz: "Dilo en castellano". ¿Porque justamente a él?
Fernández Díaz me parece un ejemplo perfecto de lo que es el relato de la historia del Estado español en el último siglo. La familia Fernández Díaz representa el continuismo del franquismo a la democracia. Formaba parte de los aparatos del Estado durante el franquismo y también forma parte de los aparatos del Estado en la democracia. No es la única familia en esta situación, pero es un ejemplo muy paradigmático. Con este tema queríamos reflejar un Estado que no ha roto con el pasado: más que una transición, hubo una transacción, de la que ahora sufrimos las circunstancias.
Comparáis vuestras canciones a ventiladores. ¿Por qué?
Las canciones, especialmente sus letras, esclavizan mucho. Decir una frase en un momento determinado y grabarla supone que esta queda para siempre. Cuando cantamos alguna cosa, eso se convierte en un arma que se puede girar en contra nuestra con el paso de los años. Hay gente que se dedica a pedir coherencia a los escritores y a los cantantes al cabo de 10 años. Parece eso que dicen de "Arrancar el ventilador para que la mierda salpique". En el disco Raval incluimos "Ventiladors", que es una canción de desafío: la canción puede ser un arma contra el que examina las cosas que dices, pero también contra quien la canta. Las canciones tiran mierda para todos.
Volen lligar-te a un discurs, a una bandera,
tot el que eres seràs
volen nugar-te a una marca, a una idea
volen que digues si és negre o si és blanc
¿Cómo es vuestro público?
Muy diverso. A nivel de edad tenemos un abanico bastante amplio. Tenemos la suerte de haber gustado mucho a niños, una cosa que nos llama la atención, pero también hemos gustado a padres, y hemos recogido todo lo que hay en medio, mucha gente de varias edades, y eso es una cosa que yo valoro muy positivamente. No es una música que guste a la gente a los 18 años y que a los 30 les deje de gustar. Hemos superado este límite y estamos muy satisfechos por eso.
¿Cómo van las contrataciones en el País Valencià, donde las instituciones habían sido muy reticentes a programar grupos en valenciano? ¿Se ha notado el cambio cuando ha salido el gobierno del PP?
Tenemos más oportunidades. Nos contratan para actos y conciertos. Desde hace unos años la cosa ya iba cambiando, gracias a algunos ayuntamiento, a colectivos de fiesteros, a agrupaciones como Escola Valenciana... No era difícil mejorar un modelo cultural que tenía como referentes a Bertín Osborne y a Arévalo. Pero lo que tenemos ahora no es gracias a las instituciones sino a la gente que se ha pasado años picando piedra, organizando cosas, haciendo música...
La gente que defiende a los que han estado robando durante 40 años persigue a un grupo de amigos que está haciendo directos, criminalizándolos
Disteis un concierto en Moratalaz, en Madrid, y eso generó las protestas del bunker, que se indignó porqué se programó un grupo en valenciano en Madrid. ¿Cómo fue el concierto?
El concierto de Moratalaz fue muy bien. Fue un concierto que funcionó con toda normalidad. La campaña en contra de nuestra presencia fue una maniobra de agitación por parte del periódico del señor Inda. Nos estaban utilizando contra el gobierno de Manuela Carmena. Nos quisieron poner en medio de una guerra en la que no queríamos participar. Pero lo asumimos como una parte más del trabajo. Esperamos que estas cosas no le pasen a nadie más. La gente que defiende a los que han estado robando durante 40 años persigue a un grupo de amigos que está haciendo directos, criminalizándolos. Es bastante lamentable. Pero nosotros seguimos.