Mi amigo Joan Ferrà no habla catalán, xerra mallorquín. Hace muchos años que vive en Girona con Megan, pero él no ha renunciado nunca a xerrar (charlar) mallorquín y, a pesar de que su xerrar cambia mucho cuando está en Girona o bien cuando está en Porreres, Joan Ferrà paga con 'doblers' (dinero) y bebe con un 'tassó', (vaso) se encuentre en Catalunya o bien se encuentre en Mallorca. ¡Y eso es fantástico y maravilloso! ¿A que sí? ¿Y qué, y qué? Pues resulta que algunos jóvenes de Mallorca que vienen a Catalunya a estudiar muy a menudo renuncian a su habla o adoptan un habla "más neutra" porque "no mos entienden" o bien miran de disimularlo para que no se note tanto que no charlan en catalán central. Y eso, y sin querer parecer el ya difunto Josep Lluís Núñez en aquel clip del APM: ¡es gravísimo!

¿Por qué? Porque que los mallorquines y mallorquinas mantengan su variedad es muy importante, ya que cualquier gesto puede ayudar a la preservación de cada variedad lingüística local, y también fortalecer la identidad cultural de Mallorca. ¡Ey, y no solo Mallorca, sino de cualquier lugar! Porque considerar la propia variedad apta en cualquier ámbito tiene que empezar por el mismo hablante: ¿por qué un tortosino no puede decir 'faena' (trabajo) o alguien de Banyoles no puede decir 'aiga' (agua)? Hace falta que entendamos que cada región tiene sus particularidades y características únicas y que es gracias a los dialectalismos locales que esta diversidad es una realidad. Hablar de variedades es también hablar de proteger y promover la singularidad de la lengua de todo el dominio lingüístico. ¡Y no solo eso! Charlar como charlemos donde sea es tener la libertad de ser como somos y de expresarnos cómo queramos. Y también es fomentar y al mismo tiempo conectar con la historia y las raíces de cada pueblo, de cada tradición y de cada rincón del mundo. Las palabras y las expresiones propias de cada variedad son un testimonio de nuestra identidad y de la evolución de la lengua a lo largo del tiempo. Además, no fastidiemos: si tenemos esta libertad, la de comunicarnos cómo lo deseamos, todos nos expresamos mucho mejor.

Las palabras y las expresiones propias de cada variedad son un testimonio de nuestra identidad y de la evolución de la lengua a lo largo del tiempo

Hace falta que vuelva a hacer énfasis en la importancia de que las nuevas generaciones aprendan la variedad de cada región y sean conscientes de esta importancia porque sin el uso diario de cada variedad esta adquisición será imposible de conseguir. Y… ¿la diversidad lingüística? ¿Cuántas veces he escrito en todos estos artículos la necesidad del reconocimiento y del respeto hacia todas y cada una de las lenguas del mundo? Y también la responsabilidad lingüística individual y colectiva, que juega un papel fundamental. ¿Sabéis quién tiene responsabilidad lingüística? Las chicas de Anam fent, un podcast que he descubierto hace poco de dos jóvenes mallorquinas que hablan sin manías y critican sin complejos y con un catalán espontáneo, divertido y, sobre todo, auténtico, todos los que vuelven a Mallorca con un "xerrar catalanitzat". Hay esperanza porque hay gente joven haciendo contenido en catalán en redes sociales. Y, ahora, solo hace falta buscar este contenido y darle apoyo. El resto, si Dios quiere (y si no lo quiere, también) vendrá solo.