En el Museo de Historia de Cataluña, coincidiendo con los preparativos de Sant Jordi, se ha presentado el primer tomo del cómic Victus. La obra, basada en la novela de Albert Sánchez Piñol sobre el asedio en Barcelona de 1714, ha sido realizada por Carles Santamaría, Cesc F. Dalmases y Marc Sintes. La editorial Norma, emblema de la publicación de cómics en nuestro país, ha apostado muy seriamente por esta obra: se han tirado 10.000 ejemplares y se piensa en su traducción a otras lenguas para amortizar la inversión, ya que esta adaptación, en tres volúmenes, supondrá un trabajo de mucho tiempo por parte de los tres coautores. En principio se ha previsto el segundo volumen para Navidad.

Sin ningún escrúpulo

Sánchez Piñol está entusiasmado por el hecho de que hayan adaptado Victus al cómic. Explica que él, de pequeño, era un gran lector de cómics: ha reconocido que a los diez años no leía ni Tolstoi ni Homero, como algunos intelectuales, sino Mortadelo y Filemon. Y ha confesado que su puerta de entrada a la literatura fue un cómic regalado por La Caixa y, más adelante, las Joyas Ilustradas Juveniles, una colección de grandes obras de la literatura universal adaptada al formato TBO (un nombre que Piñol reivindica). Y ha recordado que, para los antropólogos como él, la cultura no es un mecanismo de exclusión (cómo lo es para las élites) sino el legado que una sociedad decide transmitir a las generaciones futuras. Y asegura que el cómic, en este sentido, ocupa un lugar central en nuestra cultura.

La adaptación

Carles Santamaría, director del Salón Internacional del Cómic, fue el impulsor de esta iniciativa. Él ha sido el encargado, también, de la adaptación de la novela. Los dibujos han ido a cargo de Cesc F. Dalmases, y Marc Sintes los ha coloreado. Santamaría ha hecho un esfuerzo muy grande de documentación, con el fin de reproducir los vestidos, los muebles, los edificios, los uniformes... El resultado ha sido un cómic de estilo clásico (quizás excesivamente), estrictamente fiel al texto de la novela. 

El porqué de un cómic

Sánchez Piñol se encarga, en el prólogo, de dejar bien claro el porqué hacer una novela (o un cómic, en este caso) a partir de la historia del 11 de septiembre de 1714. Asegura que nada puede ser más épico y más narrativo que un asedio militar. Y asegura que el asedio de 1714, en qué una Barcelona con pocos recursos se enfrentó con un ejército profesional muy superior, es, de hecho, una epopeya universal. En este sentido, el autor y los editores están convencidos de que la historia es perfectamente exportable.

Un Martí de Zuviría en colores

El primer volumen de Victus cubre, básicamente, el periodo de formación de Martí de Zuviriía con Vauban, su preparación a la profesión de ingeniero militar y su incorporación al ejército borbónico. Son los años de iniciación de Martí, no sólo profesional, sino también sexual y amorosa. En realidad, la mayor parte del tomo es la preparación de las historias que aparecerán posteriormente. Aquí se dan a conocer a los personajes emblemáticos de la novela: el niño, el enano, Amelis, Villarroel, el duque de Berwick...

Victus para un nuevo público

En formato libro, Victus ha vendido 240.000 ejemplares. Eso supone un nivel de ventas altísimo, en nuestro país. Pero, sin duda, un libro de 600 páginas no es accesible a buena parte de la población, que no lee habitualmente y todavía menos textos tan largos. Sin duda, el cómic puede ayudar a llegar a nuevos públicos. Pero realmente, para popularizar el texto, y para darlo a conocer internacionalmente, lo idóneo sería una película. Las negociaciones para hacerla ya están en marcha.

Victus, el cómic.

Una editorial emblemática

Norma es la gran editorial catalana especializada en la publicación de cómics. No sólo ha permitido la llegada de obras emblemáticas del cómic, sino que también ha realizado una tarea encomiable de apoyo a las producciones propias. La adaptación de Victus es una de las apuestas fuertes del editor.