Del búnker donde Adolf Hitler pasó sus últimos días, el Führerbunker, no queda casi nada, pero eso no quita que en Berlín queden otros búnkers de la misma época. Pues bien, una de estas construcciones todavía superviviente -de cinco pisos de altura- se ha convertido estos días en sede de una exposición que precisamente revive el ambiente en que el dictador nazi vivió sus últimos días.

El búnker que acoge la exposición sobre el Führerbunker

Bajo el nombre de 'Dokumentation Führerbunker' (Documentación del búnker del Führer), la exposición recorre la historia de la construcción del último refugio de Hitler, que fue edificado entre 1943 y 1944 en los jardines de la cancillería. La muestra se ilustra con fotografías de la época, maquetas y la recreación del estudio de Hitler, con un escritorio como el del dictador, diarios de aquellos años, una bombona de oxígeno y un retrato de Federico II, rey de Prusia.

La muestra, que se completa con proyecciones de la película 'Der Untergang' ('El hundimiento'), revela toda la información conocida del Führerbunker, hoy en día sepultado entre los escombros una vez el Ejército Rojo demolió los edificios de la zona.

 

Aquel búnker, construido en los jardines de la Nueva Cancillería del Reich, cerca de la Puerta de Brandeburgo, medía unos 2.700 metros cuadrados y tenía treinta habitaciones. El búnker estaba en el centro neurálgico de los edificios del gobierno, con los que estaba conectado por pasajes subterráneos.