Con una mascarilla en forma de sonrisa de payaso y bromeando con los guardias de gala. Así ha hecho su entrada en el Salón de Cien del Ayuntamiento de Barcelona el payaso Jaume Mateu i Bullich, más conocido como Tortell Poltrona, para pronunciar "el pregón de la pandemia", como lo ha calificado la alcaldesa Ada Colau.

Con un aforo reducido, sólo con la alcaldesa, los tenientes de Alcalde, presidentes de grupo y un reducido número de autoridades formados por el Presidente del Parlamento, Roger Torrent, el Vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y la Consellera de Cultura, Àngels Ponsa, presididos todos ellos por la alcaldesa Ada Colau, sin toque de inicio y con los Gigantes de la Ciudad, Jaime I y Violant de Hungría, y el Águila de la Ciudad haciendo sus bailes en el Salón de Cien. Este ha sido el Pregón más atípico, provocado por la covid19, con un pregonero que prometía sorpresas y originalidad. Y sonrisas, en un momento de pocas pero necesarias risotadas.

Recuerdo también para su madre y los refugiados

Y no ha defraudado a los que lo escogieron para dejar claro, como ha dicho Colau, "nadie nos robará las sonrisas", pero fiel a su estilo, Roscón Poltrona se ha reivindicado como payaso en la definición de Pompeu Fabra –"Persona que por su comportamiento poco serio e inconsistente no merece ser tenida sino como un objeto de divertiment"– y ha querido decir cosas bien serias sin dejar de lado el humor. En este sentido y de inicio, ha leído una carta de Jordi Cuixart recibida hoy mismo, donde el presidente de Òmnium Cultural –que también ha sido recordado por Colau al final del acto– ponía su tarea artística al frente del Circo Cric que celebrará pronto 40 años, y humanitaria como un ejemplo a seguir en las circunstancias adversas.

¿Al mismo tiempo, con un estilo oratorio queridamente desordenado, Poltrona se ha referido a la emergencia climática, la desigualdad, el drama de los refugiados y las consecuencias de la pandemia, preguntándose, "nos hemos acostumbrado a una normalidad destructiva y la queremos hacer nueva? ¿Hemos perdido el juicio? Esta normalidad no ha estado nunca normal". Mateu también ha recordado a su madre, Mercè Bullich, muerta hace 5 años, en un momento que ha aprovechado para recordar a algunos difuntos recientes, como Pau Donés, Rosa Maria Sardà o el Pare Manel, interpretando un Ave María singular que ha hecho emocionar los presentes.

"El estado de derecho está torcido"

Roscón Poltrona ha situado el grueso de su mensaje en forma de carta a la madre, donde ha ha vuelto a hacer varias referencias a los presos y represaliados, asegurando que "el estado de derecho está torcido, está alabeado" y clamando contra la gente "gente empezinada en qué su lengua, el castellano, es más importante que la de mi madre, el catalán," explicándole las consecuencias de la crisis del coronavirus, especialmente en el sector cultural, y sin olvidar a los refugiados y desplazados que ha conocido en los campos de refugiados con Payasos sin Fronteras. También ha querido dar un mensaje humanista, recomendado a todo el mundo a no mirar al lado, sino a nosotros mismos para descubrir qué podemos hacer por los otros. El pregón, uno de los más singulares que se recuerdan, ha acabado cantando los gozos de la Virgen de Mercè, con letra de Jacint Verdaguer y música del maestro Lluís Millet en una versión rumbera que ha interpretado el mismo Tortoll Poltrona con el cuarteto encabezado por el músico Joan Garriga y que lo ha acompañado durante el pregón-espectáculo: "Dels captius Mare i Patrona, puix del Cel ens heu baixat: Princesa de Barcelona, protegiu vostra ciutat".