La editorial La Campana ha publicado en catalán Toda una vida, de Robert Seethaler (en castellano en Salamandra), una novela que nos plantea la irrelevancia de nuestra existencia a partir de la historia de un hombre pobre que vive solo en las montañas de Alemania. El hecho de retratar la vida de un individuo solitario, con escasas relaciones sociales, ayuda a ver claramente lo que es esencial, y al mismo tiempo nos ayuda a aclarar el papel del hombre en el mundo.

Robert Seethaler

Robert Seehaler. Foto: Lesekreis.

Una montaña lejos del cielo

Uno de los encantos de Toda una vida es que se inicia en un paisaje paradisiaco: un valle austríaco lleno de altas montañas. Pero el elemento idílico se limita al paisaje. El protagonista, Andreas Egger, es un niño nacido a principios de siglo XX que se ha quedado sin familia. Es, pues, una paria en un mundo que está muy lejos de ser igualitario. El niño crecerá solo, maltratado por los que lo acogen, en un pueblo que le da la espalda. Su vida no será nada fácil, ni de niño, ni de adulto. La marginalidad sufrida en su infancia acabará persiguiéndolo y condenándolo a ser un individuo marginal.

El mundo viene a encontrarte

El protagonista no es un hombre especialmente comunicativo. En realidad, sus proyectos de futuro son más bien escasos, y generalmente se limita a esperar lo que le depara el futuro. Pero Andreas Egger no escapará a la evolución de su entorno y tendrá que enfrentarse a un mundo que no para de cambiar. Un niño que se ha criado en una sociedad rural acabará viéndose involucrado en la construcción de funiculares que llevarán a una sociedad basada en el turismo, completamente distinta a la sociedad rural que ha conocido en su infancia. Y aquel que ha vivido al margen del mundo acabará viéndose involucrado en la guerra. Y la crueldad, la miseria y la muerte acabarán yendo a su encuentro. Y al fin de la guerra, se encontrará con un mundo que se le ha hecho desconocido, en el que ya no puede hacer lo que sabía hacer. Comparte, pues, una de las grandes angustias que acechan al individuo en el mundo moderno.

La salida, el amor

En el universo de Robert Seethaler, la única salida, lo único que da sentido al hombre, es el amor. El protagonista de Toda una vida vivirá sus momentos de máxima plenitud a través del amor. Porque es en el amor, para el autor, que el hombre alcanza su máxima expresión y escapa a la falta de sentido de su vida. Pero el amor no es nada fácil de encontrar ni de mantener. Es increíblemente frágil y volátil, y cualquier cosa lo puede poner en peligro. El hombre necesita amar, pero el amor es terriblemente esquivo. Toda una vida es, en parte, una gran historia de amor. Però es molt més que això.

La esencia en tarro pequeño...

Toda una vida es una novela breve, muy breve, que se lee como si nada. Y, a pesar de todo, concentra grandes reflexiones y grandes emociones. Una obra escrita con un lenguaje sencillo, llano, y con una estructura simple, sin complicaciones, pero que llena al lector. Un gran texto que nos transporta a las raíces de la existencia humana, a lo más esencial, a lo más importante de todo... Y que nos acaba mostrando nuestra pequeñez. Toda una vida cabe en 150 páginas, con letra grande.