La exposición Presos Políticos de la España contemporánea, 24 fotografías de Santiago Sierra que fueron retiradas de la feria ARQUEO hace año y medio, iniciaron la colección de "arte censurado" de Tatxo Benet, que ya posee cerca de 60 obras que expondrá a partir del 2020 en un "museo de la libertad". Benet, socio fundador al lado de Jaume Roures de Mediapro, acaba de adquirir para su colección la escultura de una esclava sexual coreana de la II Guerra Mundial cuya exhibición ha sido prohibida por las autoridades japonesas, según ha explicado hoy en una entrevista con la agencia EFE.

Se trata de un bronce pintado de 1,45 metros de altura, Statue of en girl of peace, de los artistas y activistas coreanos Kim Eun-Sung i Kim Seo-Kyung, que colocan figuras parecidas - unas de pie, otras sentadas - en sitios próximos a sedes diplomáticas japonesas.

El domingo pasado, en la Trienal de Aichi, en Japón, el gobernador de la jefatura de Aichi, Hideaki Omura, decidió cerrar la exposición After freedom of Expression, composta por obras que han causado polémica en Japón y en la que se exhibía la pieza de la niña ante las quejas y protestas de algunos visitantes. La escultura homenajea a las coreanas que en la II Guerra Mundial eran "ofrecidas" a los soldados japoneses como "confort girl".

La niña, de unos 14 años y con el vestido tradicional coreano que simboliza el rural y doméstico, tiene los puños cerrados, los pies descalzos y levantados y al hombro un pájaro, intermediario con las jóvenes ya muertas. En su lado, una silla vacía, en la que el público se podía sentar, no sólo para las que ya no estaban sino para las "escondidas" que nunca pudieron considerarse públicamente víctimas.

La primera escultura sobre las esclavas sexuales, del 2011, se colocó ante la embajada de Japón en Seúl. En el 2015, Japón se negó a subvencionar la creación de una fundación de ayuda a estas mujeres a menos que se retirara de allí la pieza. No se sacó y en la actualidad hay instaladas en Corea del Sur 104. "Es un doble contrasentido porque no sólo se censura una obra artística sino que se clausura una exposición contra la censura. Cuánto me llegó la información nos pusimos en contacto con los artistas coreanos y la adquirimos", explica Benet.

No quiere decir el precio que ha pagado por esta obra ni por ninguna de las que tiene: "Alguna de ellas tiene un valor muy importante pero también es cierto que muchos artistas, cuando les explicamos porqué las queremos comprar y el uso que queremos hacer, rebajan mucho sus pretensiones económicas", precisa. Sí que trascendió el precio de "Presos políticos de la España contemporánea", 80.000 euros - 96.800 con el 21% de IVA -, una obra que en aquel tiempo Benet tenía propósito de poner "a disposición de cualquier museo o galería de arte de toda España gratuitamente" porque le parecía "intolerable" que hubiera sido descolgada de ARQUEO.

No obstante eso, la obra - retirada por la galería a petición de Ifema que consideraba que perjudicaba la "visibilidad" del resto de la feria por la polémica suscitada - fue el inicio de una colección que no para de crecer. "Después de esta empecé a comprar otros e interesarme por situaciones que pasaban en otros países y compré obras de todo el mundo de forma amateur, aunque hay gente que sabe lo que estoy haciendo y me pone alerta", precisa.

Espera abrir su colección al público de aquí a poco, probablemente el próximo año y por eso, para disponer de un lugar fijo y grande, están sopesando fórmulas diferentes. "Estamos buscando locales pero hay centros de arte que ya se han interesado. Haremos, en Barcelona,'un museo de la libertad', donde estas piezas tendrán la posibilidad de ser libres".

Tiene varias piezas españolas pero también ha de Francia, Turquía, China, Inglaterra, Argentina, los Estados Unidos y de países árabes y todas han sido censuradas, aunque los motivos varían y hay políticos, religiosos, sexuales, sociales, morales... Además de la escultura coreana acaba de adquirir un retrato hecho con figuras de Lego firmado por Ay Wei Wei, cuya obra está "en su totalidad" censurada por el Gobierno chino.

Destaca también como "una cosa muy divertida" la compra del cartel de la obra teatral de principios de los ochenta, Pens, que se publicitaba con un cartel que era "un primer plano de los genitales de David de Miguel Ángel y por el cual el fiscal general de Barcelona les puso una multa".