La escritora Sílvia Alcàntara (Puig-reig, 1944) ha presentado hoy, en la librería Laie, su novela Els dies sense glòria (Edicions del 1984). Alcàntara es la autora estrella de Edicions del 1984, que lanza este libro por la campaña de Sant Jordi, a la espera de que se vuelva un best-seller como la primera obra de Alcàntara, Olor de colonia.

Ni pena, ni gloria

La insatisfacción es un tema que, de forma transversal, sobrevuela todo el libro. Es la historia de una familia en la Cataluña de los años sesenta hasta 2003. Pero el centro de toda la trama gira en torno a una pareja, Enric y Glòria, y a todo aquello que viven, desde que se conocen, hasta que Glòria es ingresada en el hospital, gravemente enferma. Incorpora también un tercer personaje que se interpone entre ellos, Miquela, la madre de Enric, que acaba por envenenar sus relaciones. Glòria, que siempre busca la felicidad, nunca consigue ser completamente feliz, y sus insatisfacciones provocan malestar a toda la familia. "Me interesa ir a las tripas de las personas. Me voy siempre al pensamiento de las personas, que quiero explicar," afirma la autora, que apunta que justamente por eso ningún personaje es absolutamente negativo. Incluso Miquela, el personaje más negativo, "es como todas las personas, que tiene un demonio dentro que de vez en cuando sale". Afirma que a pesar del papel central del desencanto, en la obra "no todo son penas". Y la protagonista de la obra, Glòria, "no es una víctima", ya que "sufre cosas, y también las hace sufrir".

Dificultades diversas

La familia protagonista de la obra no lo tendrá fácil. Como tantas otras familias de su época, tendrá que abandonar el campo y sus tierras e irse a vivir a la ciudad, para instalarse en un piso, de ladrillo, pequeño, de renta limitada. Vienen de un mundo que era muy estable, pero tienen que volver a empezar económicamente varias veces, tal como toca hacer a tantos y tantos en el mundo de hoy... La enfermedad también juega un papel relevante en la novela, ya que para Alcàntara, "Una enfermedad marca mucho a una familia. Cambia la forma de pensar, sentir... Ves sufrir a una persona  y sientes que somos tan poca cosa...".

Con historia, pero no novela histórica

La obra de Alcàntara refleja medio siglo de vida de una familia catalana. Y, a pesar de todo, ella asegura que no ha querido hacer una novela histórica. No quiere dar lecciones de historia, aunque incluye algunas pinceladas sobre qué está pasando a nivel político, porque "una familia no se puede ausentar de lo que pasa en su país". Y aunque la ciudad que describe en la obra podría ser Terrassa, donde vive Alcàntara, no tiene nombre. En realidad, la autora no pretende que nadie reconozca esta ciudad, sino que prefiere que sea una urbe cualquiera: "No me gusta verme limitada y tener que reflejar unas calles o un ambiente determinado".

El rastro de un best-seller

Hace siete años que Sílvia Alcàntara publicó Olor de colonia. Aquel que en un principio algunos plantearon como un libro más, de una autora novel, aficionada, se fue convirtiendo en todo un fenómeno social. Llegó a los 55.000 ejemplares vendidos y dio pie a una miniserie. Todavía ahora, Alcàntara debate su opera prima en clubs de lectura y su novela está presente en muchas librerías: todo un récord en un momento en que la vida de los libros cada vez es más efímera. Su segunda obra, La casa cantonera, no tuvo tanto impacto popular, pero también fue bien recibida por la crítica.

Una escritora disciplinada

Alcàntara ha pasado 5 años para escribir este libro, y asegura que se pasó diez para escribir los dos anteriores. La autora asegura que escribe y reescribe muchas veces sus textos. Trabaja del lunes al domingo, de forma muy metódica, con una rutina muy estricta: "A las musas las espero con el ordenador puesto en marcha". El proceso de creación, para Alcàntara, es muy complejo, ya que interioriza a los personajes, en una técnica que aprendió en el Institut del Teatre. Así intenta que cada uno de ellos sea un personaje complejo, movido por una lógica, y en que los aspectos negativos tengan su contrapeso. Durante la construcción de una novela, asegura que lleva a sus personajes a todas partes: no los puede abandonar. "Y después, cuando los dejo porque he acabado la obra, los echo de menos". Por eso asegura que antes de terminar una obra, empieza a perfilar otra. Y, aunque no da detalles, asegura que todavía tiene muchas cosas por escribir y que tiene una novela pensada. Ya está preparándola.

 

Fotografía: Sílvia Alcàntara con su editor, Josep Cots.