En Tinc nació, uno de los mejores capítulos de la mítica serie catalana Plat Bruts, López explicaba a un madrileño algunas curiosidades del catalán y de los catalanes. Acababa el monólogo explicándole qué caray era todo eso del 'seny' y la 'rauxa': "El seny sería lo que equivale a la razón y la rauxa pues lo que equivale a la locura. Lo tenemos por separado y junto, todo en uno, ¿me entiendes lo que te quiero decir? ¡Fíjate si tenemos cosas! Yo entiendo que jode, ¿eh? Pero es lo que hay". Y es que 'seny' y 'rauxa' son dos términos emblemáticos que reflejan perfectamente la idiosincrasia del pueblo catalán y su uso no se limita solo a su significado estrictamente lingüístico, ya que estos términos se han convertido en pilares culturales de la sociedad catalana. Bien, quizás me he pasado con esta última afirmación, pero ya se me ha entendido.

El 'seny' y la 'rauxa' son como la gralla y los castellers: o te gustan mucho y te representan o las odias y no los soportas

La palabra 'seny' proviene del latín sensum y significa sentido o juicio. Después de diferentes fases de adaptación y cambios fonéticos, la influencia germánica afectó a la evolución del latín vulgar, que posteriormente se convirtió en el catalán antiguo. ¿Y? Pues que fue en esta etapa de la evolución lingüística donde la palabra 'juicio' adquirió el sentido más amplio que tiene hoy día, abarcando aspectos como la sabiduría, la ponderación, la sensatez... ¿Interesantísimo, verdad? Pues sí, porque esta riqueza semántica es el resultado de la fusión de diferentes elementos culturales y lingüísticos y han marcado la historia de los territorios catalanes. El 'seny' se relaciona con la capacidad de reflexionar, tomar decisiones ponderadas y mantener el control en situaciones difíciles. Y esta actitud ha estado presente en momentos clave de la historia de Catalunya, cuando hemos tenido que superar adversidades con prudencia y sabiduría. ¡Alerta! No se tiene que confundir el 'seny' con la seriedad ni con la ranciedad. Ejem.

En segundo lugar, 'rauxa' proviene del latín rabiem, que significa furia o locura. Este término fue adoptado al catalán con el significado original de cólera o enfado, y con el tiempo adquirió el sentido de 'pasión' o 'entusiasmo'. La influencia de los pueblos germánicos también dejó su huella en la evolución de 'rauxa', contribuyendo a su transformación y adaptación al catalán antiguo. ¡Sí!, así fue como el concepto de 'rauxa' como pasión o entusiasmo, surgido de la fusión de varias culturas y perspectivas, también se convirtió en un rasgo característico de la personalidad catalana. La rauxa se percibía como una fuerza que impulsaba a las personas a actuar con valentía y determinación, incluso enfrentándose a desafíos aparentemente imposibles... Y esta pasión y este entusiasmo también han inspirado gestas heroicas y movimientos revolucionarios que han marcado el curso de la historia catalana. Para bien y para mal, supongo.

El 'seny' y la 'rauxa' son como la gralla y los castellers: o te gustan mucho y te representan o los odias y no los soportas. Sea como sea y os gusten o no, este par de palabrejas también forman parte de nuestra identidad y personalidad como pueblo, como nación, como país o como lo que sea que somos. Y, por último y para cerrar esta cuestión como es debido, propongo que cuando hablamos de 'seny' y de 'rauxa', lo hagamos reivindicando siempre menos 'seny'... ¡y más 'rauxa'!