El Musem of Old and New Art (MONA) de Tasmania, en Australia, ha decidido renunciar a exponer un polémico proyecto del artista madrileño Santiago Sierra, quien pretendía sumergir la bandera británica en sangre dada por los indígenas del país con el fin de denunciar el colonialismo.

Tal como ha explicado el portal especializado Artnet, el festival Dark Mofo, dirigido por el MONA, ha renunciado a la obra de Sierra después de que varios artistas indígenas de todo el país, personal del museo y personalidades vinculadas al sector de Australia denunciaran ante la Asociación Nacional de Artes Visuales del país la práctica que el autor español quería llevar a cabo.

Una de las primeras personas que dispararon contra Sierra fue Kimberley Moulton, comisaria principal de Museos Victoria, la organización de museos públicos mas grande de Australia. "No creemos que el MONA sea un espacio de trabajo seguro para los artistas, comisarios y trabajadores australianos", apuntó. Moulton, además, pidió que todos los miembros del MONA, incluidos los directores y el propietario, realicen talleres de captación y descolonización y que se destinen más fondos al arte de los Palawa —aborígenes de Tasmania— como compensación.

kimberly mouton instagram

En Twittter, Claire G. Coleman, escritora australiana de origen Noongar –indígenas de la esquina suroeste del país–, envió el siguiente mensaje: "Un artista colonizador que tiene la intención de producir arte con la sangre real de las personas colonizadas es abusivo, colonizador y traumatizante. La idea es repugnante y terrible y no se tendría que haber tenido en cuenta". Otra escritora Noongar, Cass Lynch, apuntó en la revista Overland que pedir a la gente que dé sangre para mojar una bandera recrea, y no critica, las horribles condiciones de la colonización".

dark me mofo tuit

El Dark Mofo retrocede

En un comunicado en Facebook, el director creativo del Dark Mofo, Leigh Carmichael, defendió la obra de Sierra y aseguró que el festival "había mantenido conversaciones previamente con los aborígenes de Tasmania", aparte de apuntar que "la expresión de uno mismo es un derecho humano fundamental de los artistas para hacer y presentar trabajos independientemente de su nacionalidad u origen cultural".

Sin embargo, finalmente, después de que los trabajadores del MONA se hayan desmarcado de la postura del festival, los organizadores han tenido que renunciar a la obra del artista español y Carmichael, en una nueva publicación, ha tenido que pedir perdón: "Cometimos un error y asumimos toda la responsabilidad. El proyecto será cancelado. Pedimos disculpas a todas las personas de las Primeras Naciones", ha apuntado. El fundador del museo y coleccionista de arte David Welsh también ha tenido que retroceder en un comunicado publicado en el sitio web del MONA: "No es de extrañar que todo el mundo tenga asco. Lo siento".