Un tiempo inestable y variable amenaza los puestos de libros y rosas de la festividad de Sant Jordi. Por la mañana se espera tranquilidad porque predominará el sol en casi toda Catalunya, pero a medida que avance el día irán apareciendo nubes que podrán traer chaparrones por la tarde en algunos lugares del país, sobre todo en las comarcas del interior de Barcelona, en las comarcas de Girona, en el Pirineo y Prepirineo, mientras que Lleida y Tarragona quedan exentas, en principio, de la lluvia.

El corazón de la capital catalana puede librarse de tener un Sant Jordi pasado por agua, pero muchas ciudades de los alrededores pasarán la festividad bajo los chaparrones. El Consell de Gremis de Comerç, Serveis i Turisme de Barcelona se mostró esperanzado con que no llueva porque las previsiones del Gremi de Floristes de vender más 6 millones de rosas, o del Gremi de Llibreters de Catalunya de vender 1,5 millones de libros podrían verse afectadas por los chaparrones.

La suerte es que la campaña de rosas comienza mañana y, además, en caso de lluvia leve, el presidente del Gremio de Floristas, Juan Guillén, ha explicado a El Nacional que los parasoles de las paradas ya cuentan que en principio sirven para proteger las flores del sol y del aire, "son bastante fuertes".

El gremio de libreros lo toma con humor y su presidente, Antoni Daura, asegura que "los libreros sabremos adaptarnos a las circunstancias como mediterráneos y latinos que somos" y "sabremos encontrar la mejor solución en cada caso". Ahora bien. Daura ha reconocido que la lluvia "puede perjudicar un poco el cajón", aunque confía en que no sean lluvias generalizadas. Por ello, "tenemos que invitar a la gente que salga igualmente".