El Departament de Cultura, en compañía del Gremi de Llibreters y el Gremi d'Editors, ha presentado el estudio Hàbits de lectura i compra de llibres a Catalunya 2015. Los resultados han sorprendido, sobre todo porque representan una progresión positiva de los hábitos lectores. Frente a las interpretaciones simplistas que apuntan a que la gente no lee porque se ha pasado a las nuevas tecnologías, la encuesta muestra que hay más gente que lee habitualmente: eso sí, el número de libros leídos y vendidos se reduce frente a años anteriores.

Los lectores

El porcentaje de gente que ha leído libros habitualmente durante el 2015 ha alcanzado el 66,3%. Se sitúa 4 puntos por encima de 2011, en un ascenso continuo. El conseller de Cultura, Santi Vila, se ha mostrado muy satisfecho por estos resultados, que acercan Cataluña a los índice europeos. Si analizamos únicamente los datos referentes a la gente que lee por ocio, es patente también un aumento continuo: ahora el índice lector se sitúa en el 61%, frente a un 58,5% en 2011. Pero si analizamos el porcentaje de lectores ocasionales, la gente que lee una vez por semana, se mantiene bastante estable: de un 52,2% en el 2011 al 52,5% actual. Es decir, el incremento afecta, básicamente, a los lectores ocasionales, a aquellos que no leen cada semana.

El prototipo: mujer, muy joven o con estudios universitarios

En la encuesta realizada queda bien patente la desigualdad entre generaciones en relación a la lectura. El 59% de los hombres se declara lector de libros, frente a un 69% de las mujeres. La diferencia se incrementa conforme pasa el tiempo. Si en 2011 sólo había 5,2 puntos de diferencia entre mujeres y hombres lectores, esta cifra no ha parado de aumentar. Pero son radicalmente distintos los índices de lectura digital: el 73,8 % de los hombres afirman haber leído textos digitales, frente al 59,1 % de las mujeres. Por edades, los que leen más son los más jóvenes, entre 14 y 24 años: el 89,6% de los encuestados de esta edad se proclamaban lectores. Pero los índice de lectura caen de repente a los 25 años; entre los 25 y los 34 sólo lee el 67,8%, quizás porque a la gente de esta edad le falta tiempo para leer, o porque dejan de tener la obligación de leer para sus estudios. Los niveles de lectura se recuperan a partir de los 35, para volver a caer a los 45. El 85% de las personas que han pasado por la universidad lee habitualmente, frente a un 44% de los que sólo cursaron estudios primarios.

Los libros comprados

Que el mayor incremento sea el de lectores no habituales ayuda a entender que en realidad, el número total de libros vendidos no se incremente. De hecho, la encuesta refleja aquello que los libreros sabían bien: que la crisis va pareja a una reducción de las compras. El 2012 fue el año en que un porcentaje menor de catalanes compró libros: sólo un 45,1%. A partir de aquí el porcentaje de compradores se ha ido incrementando. Y, a pesar de todo, la media de libros comprados tiende a reducirse: si en el 2011 era de 7,9 libros, en el 2015 se redujo hasta 7. Un descenso notable.

La inmersión, un éxito relativo

El conseller Vila se ha mostrado muy satisfecho también por el incremento de lectores en catalán. Un 26,4% de los lectores catalanes aseguran que su lengua de lectura habitual es el catalán. El castellano es la lengua habitual de un 71% (frente a un 2,6% que leen habitualmente en otras lenguas). El conseller presenta estos datos como muy positivos, ya que en el 2011 sólo un 21,2% de los catalanes eran lectores habituales en catalán frente a un 77,6% en castellano. A pesar de todo, son una muestra de la situación precaria, todavía, de la lengua catalana en el mundo del libro.

La lectura digital

En los últimos cuatro años el consumo de libros digitales se ha ampliado considerablemente: en el 2011 sólo un 6,5% de los encuestados habían leído algún libro digital. En el 2015 ya había un 24,3%. A pesar de todo, la práctica totalidad de lectores digitales también lee libros físicos.

El estudio

Hàbits de lectura... es un análisis que hasta el 2013 había patrocinado al Gremi d'Editores, y que dejó de hacerse por motivos económicos. En el 2014 no se llegó a realizar, pero la Generalitat lo ha asumido este año porque considera que es una herramienta básica de diagnóstico para impulsar la promoción de la lectura. Este estudio, elaborado por Conecta, se basa en 1.200 entrevistas telefónicas, realizadas durante el 2015 a catalanes mayores de 10 años.

Las medidas

El Departamento de Cultura cree prioritario, ante esta situación, reforzar las acciones de fomento de la lectura. En primer lugar el conseller se ha comprometido a incrementar el presupuesto para compra de libros en las bibliotecas públicas (después de la caída provocada por los recortes). También ha prometido iniciar un programa de protección a las librerías, que ha sido muy bien recibido por el Gremi de Llibreters. En último lugar, para fomentar la lectura, está en estudio un proyecto para regalar a todos los niños catalanes, cuando cumplan los seis años, un vale para que puedan ir a la librería a buscar un libro con el que iniciar su biblioteca personal.

La piratería

Patrici Tixis, presidente del Gremio d'Editors, ha analizado las estadísticas, y ha destacado que en la encuesta se detecta un altísimo incremento de lectores en formato digital. En cambio, según él, en las cifras de ventas sólo se detecta un ligero aumento de ventas del libro digital. La conclusión es evidente: un alto porcentaje del libro digital no se compra, sinó que se descarga ilegalmente. Tixis ha denunciado que en Catalunya "somos líderes mundiales en piratería" y ha pedido medidas para proteger el sector del libro. Según un estudio de la Coalición de Creadores e Industrias de Contenidos, en 2015 se contabilizaron en España 390 millones de accesos ilegales en libros en internet, con un valor de mercado de 3.131 millones. Lo más grave es que el 45% de los accesos se materializó en contenidos recientes, con menos de un año de antigüedad, que son los que generan más derechos de autor. A pesar de todo, Patrici Tixis relativiza estos datos, y asegura que muchos de los que descargan il·legalment no consumen estos materiales. Por tanto, no todas las descargas serían competencia desleal a los libros en papel.

Tocar fondos

Los datos del estudio del Departament de Cultura coinciden con las otras fuentes, como las que ofrece el Gremi d'Editores. Según este organismo, el número de títulos editados en España cayó desde el 2008 hasta el 2013, y a partir de este momento se experimentó una ligera recuperación, aunque todavía estamos muy lejos de la situación antes de la crisis. En 2014 se publicaron 90.082 títulos, un 1,9% más que en 2013. En Catalunya en 2014 sólo se publicaron 25.752 títulos, frente en los 30.629 editados en 2010. El descenso ha afectado a los libros en catalán tanto como a los libros en castellano. En 2010 se publicaron, en todo el Estado, 11.970 libros en catalán; en 2014 sólo 9.178.

Menos libros vendidos, menos tirada

En el 2008 a todo el Estado se vendieron 240,6 millones de libros. En el 2014, último año del que tenemos datos del Observatorio de la Lectura y el Libro del Ministerio, sólo se vendieron 153,6 millones (y eso que las exportaciones están estabilizadas). En consecuencia, la tirada media ha caído en picado: si en 2007 era de 5.070 libros, en 2014 sólo era de 2.886. Y pese a la reducción de la tirada, hay muchas pérdidas por la falta de salida de los libros: por cada 100 ejemplares vendidos se tienen que hacer 147. Y a pesar de todo, en 2014 la facturación empezó a recuperarse: fue un 0,6% superior a la de 2013. A pesar de todo, la facturación de 2014, 2.196 millones de euros, estaba muy por debajo de la de 2008, que llegó a los 3.196 euros. En realidad, en 2014 se editaron menos ejemplares de los que se vendieron en el 2008.

El sector en Catalunya

Las empresas de Cataluña, en 2014, acumulaban el 48,3% de las ventas a todo el Estado. Una de las muestras de vitalidad de éstas es que es la única comunidad del Estado en que la facturación de literatura es superior a la del libro de texto (un sector que se puede reducir mucho por las nuevas técnicas pedagógicas y por la aplicación de TIC en la escuela).

Las librerías

El 50,1% de los libros vendidos en el Estado pasan por las librerías. Los libreros tienen que enfrentarse al problema de las compras directas por internet, y a la competencia de las asociaciones de madres y padres de las escuelas, que venden un porcentaje importante del libro de texto. En 2014 el número de librerías se redujo en un 15,8%. Y pese a todo, se abrieron algunas nuevas, que están consolidándose a partir de nuevos modelos: la mayoría son pequeñas e independientes, especializadas en temas determinados, y no sólo venden libros sino que impulsan actividades culturales.

El sector digital

La facturación del libro digital sólo representa un 5% del total de facturación del sector. Un porcentaje reducido si tenemos en cuenta que el consumo se está incrementando rápidamente. Evidentemente, se sospecha que esto es el efecto de la piratería. Esta práctica no se debe a la falta de materiales digitales legales: los editores han ampliado mucho la oferta y cada vez se pueden comprar más libros en versión digital. En 2014 había 20.263 títulos disponibles en versión digital. Muchos libros digitales son vendidos mediante plataformas de distribución, algunas de ellas impulsadas por los propios editores. El libro digital no es inmune al Sant Jordi: desde de Amazon se asegura que el día que más libros digitales se descargan; más incluso que por Navidad o Reyes.

Los datos del Ministerio

Los últimos datos de lectura ofrecidos por el Ministerio son muy similares a las que ha ofrecido ahora la Generalitat. El 62% de los españoles afirman haber leído un libro en el último año (8 puntos más de mujeres que de hombres). El índice de lectura, en España, ha aumentado 4,5 puntos del 2007 en el 2015. La lectura digital se ha disparado: se ha triplicado el número de gente que ha leído algún libro digital en un año. Pero las ventas de libro digital no crecen en paralelo.