Miguel Cantos, más conocido como Saiko, es uno de los artistas revelación de la escena urbana del estado. Su gran talento y la personalidad tan cercana que lo caracteriza han conseguido situarlo como uno de los principales referentes de la nueva ola urbana.
El joven artista granadino combina reggaeton, pop urbano y melodías íntimas. De este cóctel perfecto han salido canciones como Supernova o Polaris. Con Natsukashii Yoru -su segundo álbum, relevo del debut, Sakura (2024)- Saiko abre una nueva etapa muy personal. 13 canciones, destacando entre estas las colaboraciones de Omar Courtz o Leire Martinez, que recogen emociones y recuerdos, consolidando un estilo único donde conviven arrebato y nostalgia. Sí, Saiko ha escrito el libro rojo de su generación.
No era Saiko, era Miguel
Este sábado la gira, que recibe el mismo nombre que el álbum, ha hecho una parada en Barcelona antes de su último show en Madrid. El granadino ha llenado la noche de ritmos frenéticos (y todo el mundo moviendo el pompis al compás del reggaeton más actual), emoción e introspección y una puesta en escena impecable. Un viaje al centro de un universo que combina éxitos del pasado y nuevas composiciones más maduras. Entre los momentos más aclamados de la velada, la aparición en escena de Yapi, un artista urbano con quien cantó su colaboración más reciente, Te encontré. Consejo: seguidlo de cerca.
El granadino ha llenado la noche de ritmos frenéticos (y todo el mundo moviendo el pompis al compás del reggaeton más actual), emoción e introspección y una puesta en escena impecable
Como bien ha dicho el mismo Saiko en un momento del concierto, aunque el Palau no estuviera lleno, el espectáculo fue muy especial. Mucho más especial e íntimo que el del año pasado en el Sant Jordi Club. Perdiendo la supuesta objetividad de la cronista (al menos, yo entiendo la crítica como un ejercicio analítico pero apasionado) he salido del recinto habiendo saltado, llorado, cantado, bailado… Con el corazón encogido de ver a un Saiko tan abierto al público, sincero, cantando canciones que llegan a la parte más profunda del alma. He tenido la sensación de que quien estaba sobre el escenario no era Saiko, sino Miguel, y fue muy bonito.