Acercarse a la mayoría de edad en los años ochenta no era fácil. A los problemas típicos de la adolescencia, se le sumó la medicalización de todos aquellos comportamientos de los jóvenes que no se consideraban "lo bastante normales". Los problemas emocionales empezaron a tratarse con pastillas, con cierta ligereza. Ramon Mas, que hace poco cosechó muy buenas c´riticas con Afores, una novela con una estructura curiosa, vuelve al escenario de aquella obra con Estigmes (Edicions de 1984). Pero deja bien claro que esta no es una obra sobre la adolescencia para adolescentes, sino una novela que se sitúa en este periodo de la vida, y que tiene "muchas lecturas". Y que nadie se espere una historia trágica al estilo de José Luis Martín Vigil: Mas afirma que algunos de sus capítulos tienen mucho humor y su editor, Josep Cots, añade que contienen la mejor literatura.

Va de estigmas

Mas afirma que su libro no podía tener otro título. La trama explica la historia de un joven de pueblo de 17 años que empieza a mostrar heridas en las muñecas y sangrar. Él asegura que se trata de un fenómeno espontáneo, un estigma, pero la gente del pueblo lo acusa de autolesionarse (Mas afirma que en su novela no acaba de aclarar qué es cierto). Y por eso el joven sufre el proceso de estigmatización: a los estigmas físicos se le añaden los sociales y el joven es apartado de la sociedad "normal". Pero, además, este joven sufre un miedo adicional: su padre era un individuo extraño, descrito por unos como un genio y por otros como un loco, que murió cuando él tenía dos años. A punto de llegar a la edad adulta, el pueblo sospecha que el protagonista puede heredar el desequilibrio del padre, y él mismo empieza a planteárselo.

La horrible hora de hacerse mayor

Mas apunta que le interesa la adolescencia porque para muchos es la hora de la verdad, cuando se dan cuenta de que es mentira lo que los han explicado, que en la vida puedes hacer aquello que quieres. La deseada ruptura con la generación anterior no es tan fácil. Para Mas, la entrada en la edad adulta es un periodo en que se empieza a perfilar lo que serás en la vida, y en que se empieza a manifestar el miedo a ser como los padres, a los que a menudo se rechaza. Algunos de los personajes caerán en la autodestrucción (las drogas, obviamente, estarán presentes en su trayectoria). Pero la adolescencia es también el momento de las grandes emociones, y Mas afirma que no todo en la trama girará en torno all miedo al futuro. Habrá, como mínimo, un amor, con mucha energía.

La adolescencia de una generación

Afores era, sobre todo, una obra sobre un universo rural. Mas afirma que con Estigmes no quiere retratar tanto cómo es la adolescencia rural, sino cómo fue la adolescencia de una generación, la suya (lo define como un libro más personal que el anterior). Por lo tanto, cree que mucha gente se puede sentir identificada con él. En cambio se muestra convencido de que no podría hacer una novela sobre la adolescencia actual: "explico una adolescencia que conozco: la de la gente de mi edad, una adolescencia sin móviles, sin facebook...". La trama pasa en el pueblo donde se situaba Afores, en Puigsech (pero quince años más tarde), y algunos de los personajes ya habían aparecido a la novela anterior, pero en este caso la aldea no es el protagonista. Mas, a pesar de todo, no quiere convertir Puigsech en su Macondo particular, y ha adelantado que su próxima novela, una sátira sobre la autoayuda, tendrá como protagonista a un individuo originario de Puigsech, pero la trama se desarrollará en un medio urbano.

El editor escritor

Mas explica que este "es el libro que yo quería escribir". Empezó a escribirlo antes que Afores, pero tardó mucho en materializarlo. Con los materiales que se iban escapando de la trama central publicó Afores. No le duele haber tardado cinco años en escribir una obra corta. Afirma que necesitó este tiempo para puli-lo. Ha resultado, al fin, un libro con una estructura más clásica que Afores, en que la vida del protagonista es abordada a través de los personajes que lo rodean y de sus cartas. Ramon Mas es editor, de Males Herbes, pero publica en Edicions de 1984. Afirma que no podría editarse a él mismo por falta de sentido crítico: "Te gustas demasiado, cuando escribes". Por eso considera que "no te puedes juzgar justamente a ti mismo" y "te va muy bien tener alguien de fuera". Su relación con su editor, Josep Cots, le resulta muy satisfactoria, y Cots no esconde su confianza en un autor que considera que "ya no es una revelación, sino una realidad seria". Elogia, sobre todo, la precisión de su lenguaje. No se equivoca.