Existe cierta idea de que la industrialización de Catalunya arranca, tímidamente, con la revolución industrial del siglo XIX, y que se consolida después de la guerra civil española (1939). Pero esta idea es totalmente falsa. El proceso de transformación de los obradores tradicionales en fábricas modernas, en Catalunya, llega a finales del siglo XVII, mucho antes de la revolución industrial (1835). Antes de la guerra de Sucesión (1705-1714/15), Catalunya ya era uno de los principales fabricantes europeos; especialmente de textil, armas y aguardiente.