Los diarios de Madrid no han sido beligerantes con la presentación del referéndum del president Puigdemont en Madrid este lunes. Los titulares de sus portadas digitales son descriptivos y utilizan verbos más bien amables, en contraste con la retórica guerrera habitual: "Queremos sentarnos en una mesa y no en el banquillo" (El País, VozPópuli), "Puigdemont ofrece pactar la pregunta y la fecha del referéndum" (El Mundo), "Puigdemont propone en Madrid pactar con el Gobierno la fecha del referéndum" (El Confidencial), "Puigdemont propone al Estado pactar la fecha del referéndum y la pregunta" (La Razón). El título interior de El País interpreta más: "Puigdemont ofrece al Gobierno una vía lenta para la independencia".

Bien. No todos son así. Otros dos diarios llaman la atención. ABC asegura que "Puigdemont presume en Madrid de no acatar ni la ley ni decisiones judiciales". Uf. Siempre es complicado interpretar las intenciones de la gente, más todavía presumir las de un político. En cualquier caso, es una lástima que los usuarios/lectores del tabloide monárquico no se hayan enterado por su diario de qué ha ido a hacer a Madrid, el president de la Generalitat, porque más de la mitad de los lectores –incluidos los de ABC- no leen las noticias más allá de los titulares.

Uno más sorprendente es el de Crónica Global, socio en Catalunya de El Español, el digital fundado y dirigido por Pedro J. Ramírez, que titula así la comparecencia de Puigdemont:

En lengua castellana, según la Real Academia de la Lengua Española, el verbo "conminar" tiene tres significados, que copio aquí tal como vienen en su diccionario:

  • Amenazar" (dar a entender que se quiere hacer algún mal).
  • Apremiar con potestad a alguien para que obedezca.
  • Referido a la autoridad: Requerir a alguien el cumplimiento de un mandato, bajo pena o sanción determinadas.

Nada de todo eso ha ocurrido en la presentación, como el mismo Crónica Global explica muy bien en el texto de la información. Allí se dice que el president ha utilizado un tono "mucho menos beligerante" que en su anterior visita, en mayo, y cita para ilustrarlo esta frase: "Deseamos sosiego político, diálogo abierto, prosperidad compartida y justicia social. Seguro que muchos españoles quieren lo mismo".

Si Puigdemont quería amenazar, apremiar o constreñir al Estado en virtud de su autoridad y con riesgo de pena en caso de incumplimiento, no ha utilizado las palabras ni el tono adecuados. ¿No será, más bien, que no lo quería hacer? Es una posibilidad clara, a la vista de sus palabras y su tono. Pero claro, si tienes que utilizar el verbo "invitar" –por ejemplo– o "proponer" o uno parecido... pues no tiene tanta gracia ni hace tanto daño.

Nos pasa a todos. Querríamos que la realidad fuera tal y no, la realidad es cual, otra que no nos gusta, que no encaja con lo que habíamos imaginado, con lo que queremos. En fin, una realidad que cuesta aceptar. En estas circunstancias, la tentación del medio de trinchera es afinar la realidad.

O no. Quizá no es nada de todo eso, porque, en portada el mismo digital titula "Puigdemont insta al Estado a tomar parte en un referéndum de secesión". También lo hace así la versión de El Español. Quizá el "conminar" del titular interior es el típico error involuntario. Sea como sea, no estaría bien conminar a ese medio a cuidar mejor su lengua. Y la realidad.