En el artículo anterior vimos cómo las palabras pic y fort designaban el momento de más intensidad de un hecho (igual que ple). Hoy reportaremos el adjetivo bo 'bueno', que nominalizado también indica lo mismo. Son habituales las expresiones al bo de l'estiu y al bo de l'hivern (por ejemplo, A qui se li acut sortir al carrer amb banyador al bo de l'hivern!? '¿¡a quién se le ocurre salir a la calle con bañador en lo crudo del invierno!?'). Los diccionarios llevan ejemplos como al bo de la funció (es decir, durante un momento intenso de una función teatral); Anar-se'n al bo de la reunió 'irse en medio de la reunión'; Quan es va retirar estava al bo de la seua carrera 'cuando se retiró estaba en el punto álgido de su carrera'; incluso Estava al bo de fer dissabte quan vas venir tu, donde aparece una expresión popular que se ha dicho muy tradicionalmente, fer dissabte (literalmente 'hacer sábado'), para 'limpiar'.

También tenemos muestras literarias. En las Obres completes de Emili Vilanova (1906) leemos: Y al bo de la conversa sentian trucar a la porta 'y a media conversación oyeron llamar a la puerta'. Otro ejemplo del poeta Jordi Llavina, extraído de su libro Ermita (2017): Penso en la neu al juliol —com al bo de gener pensava en l'aigua verda de les basses on vaig aprendre a capbussar-me [...] 'pienso en la nieve en julio —como en lo crudo de enero pensaba en el agua verde de las balsas donde aprendí a zambullirme'. El escritor Joan Pons i Massaveu lo utilizaba a manta. En L'auca de la Pepa (1893) sale esto: Al bo de sa jovenesa, al tombá'ls quinz'anys 'en lo mejor de su juventud, al cumplir quince años'. Del mismo autor tenemos la obra Trascant per les serres (Quadros de la Segarra) (1892), donde esta construcción aparece por doquier. Describiendo una pelea entre un chico y una chica por un pedazo de pan, indica que al bo de la batuça 'en plena trifulca' (lo escribe así) un hombre los separó. También habla de un hada que se aparece al bo de les gebrades 'cuando hay más escarcha, cada día'. Narrando un día soleado tras una lluvia fina (el pèl de gat 'pelo de gato'), cuenta cómo aparecen unas nubes que estropean el día: A primera ora [sic] havia caigut un 'pel de gat' fi, fi com una rosada, com que tot just mullà la terra; sortí el sol aprés, roig i xafogós, asserenant-se a la xica estona, fins qu'envers a mitj die [sic], i al bo de l'enxovament, quatre fofos gambairots, empesos pel llevant, s'escamparen pel ras, malejant la tarde 'a primera hora había caído un sirimiri de lo más fino, como un rocío, que apenas mojó el suelo; luego salió el sol, rojo y bochornoso, serenándose al poco, hasta que hacia mediodía, y en plena modorra, cuatro nubarrones fofos, empujados por el levante, se esparcieron por el cielo limpio, echando a perder la tarde'. También describe cómo un hombre debe subir una carga voluminosa en un carro y, ayudado por otro hombre, mantienen este diálogo: No cularà pas lo sac? —Collem-lo més? —Sí, sí, tibeu... Sols hi mancaria que s'ens esllabicés lo fato al bo de la pluja! '¿no va a moverse, el saco? —¿lo atamos mejor? —sí, sí, ténsalo... ¡solo faltaría que se nos deslizara el avío en medio de la lluvia!'. Un último ejemplo: hablando de un festejo, indica que las chicas de los alrededores deseaban ir a un caserío donde estaba previsto que fueran muchachos, y que, sabedores qu'els caramellaires pujarien a câl Coll-curt, s'hi arriscaren al bo de l'apat 'sabiendo que los zagales subirían a câl Coll-curt, se arriesgaron en plena comida'. Como puede verse, este uso del vocablo bo (como pic, fort y ple) es de lo más útil, y por eso los escritores la emplean tanto.

La expresión, acrecentada con del millor

En el Diccionari català-valencià-balear también se nos cuenta que es posible decir al bo del millor, ofreciendo este ejemplo de las comarcas norvalencianas: Quan estàvem al bo del millor de la menjada 'en medio del ágape'. Bueno, ¿verdad?